Inicio Colombia Se declaran 15.900 nuevas hectáreas protegidas en Antioquia

Se declaran 15.900 nuevas hectáreas protegidas en Antioquia

Después de tres años de concertaciones con empresas mineras, turísticas y representantes comunitarios, la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare) delimitó 15.900 hectáreas protegidas en el departamento de Antioquia en los municipios de Sonsón, San Luis, San Francisco y Puerto Triunfo.

Así, uno de los puntos importantes de esta declaratoria es que logró que las industrias mineras de la región excluyeran de sus títulos mineros las áreas que harían parte de la zona protegida. Con ella, además, se da inicio a la formulación de un Plan de Manejo -apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo- para establecer los proyectos que se llevarán a cabo para proteger, recuperar y restaurar el área delimitada.

Los principales elementos de conservación que hacen parte de la zona protegida son, en la categoría de fauna, el tití gris (Saguinus leucopus), una especie endémica, y el paujil de pico azul (Crax Alberti), que está en peligro crítico de amenaza; por otro lado, Cornare también destaca la importancia hídrica y antropológica de los cañones del río Claro y las cavernas que abundan en su geografía.

De hecho, Javier Parra Bedoya, subdirector de Recursos Naturales de Cornare, explicó que el área protegida posee los ecosistemas de relieves rocosos kársticos, que son poco comunes en el territorio colombiano, generan procesos de regulación del agua y son santuarios de varias especies de flora.

Los relieves kársticos se forman en rocas calizas al ser erosionadas.

Foto:

Cortesía de Cornare

En esta delimitación también está incluida la cuenca media del río Claro, una zona importante de recarga, regulación y disponibilidad hídrica para la subregión boscosa que cubre Cornare, ubicada en la denominada cuenca media del río Magdalena.

El proceso, que culminó en junio del presente año, recibió apoyo y fortalecimiento técnico de la Fundación Natura, a través del proyecto GEF Magdalena-Cauca VIVE.

EL TIEMPO