Inicio Colombia Todo el Pacífico unido para proteger bebida ancestral

Todo el Pacífico unido para proteger bebida ancestral

‘Primero un trago de viche y después vamos a trabajar’, dicen los abuelos. Contaba Wilson Cuesta, productor chocoano de esta bebida ancestral, en medio de una cumbre sobre viche convocada en Cali.

Al viche lo llaman ‘el genuino’ porque hace parte de la vida misma de las comunidades afro asentadas a lo largo del Pacífico colombiano. Cuando se nace, viche; cuando se muere, viche.

‘Pido licencia para hablar, si no me dan licencia, me tomo la facultá’. Así es como comienzan los rituales funerarios en el Litoral, donde el viche juega un papel ritual importante.

“La muerte se hace más llevadera. Es lo que nos ha mantenido en los momentos difíciles”, decía Cuesta, productor de la zona de Tadó.

Productores y comercializadores se lamentaban de que esta cumbre se diera por la amenaza que se cierne sobre esta olorosa bebida destilada de la caña de azúcar. Desde hace dos años el viche quedó registrado como una marca ante la Superintendencia de Industria y Comercio sin que ellos se dieran cuenta, y en julio pasado una tutela interpuesta por el exconcejal de Cali Diego Ramos puso en peligro su comercialización por no tener registro sanitario. Pero esa tutela fue negada.

“Son 30 años de trabajo sostenido, de soportar años de desprestigio, decían que el viche producía mal aliento, y ahora que se ha posicionado, ahora que es el momento de su valoración, entones quieren aprovecharse”, decía la abogada Aurora Vergara.

De acuerdo con una investigación del sociólogo Jesús Gorkys Murillo, ‘La ruta del viche’, la mayor producción se da en la zona de los ríos Saija y Micay, Pacífico centro-sur además, de que es la más dinámica en comercialización.

También se destacan las localidades de Sivirú, Pilizá y Villa Luz, bajo Baudó, como zonas productoras, mientras que la cabecera municipal de Pizarro sobresale por su comercialización; en el Valle y en el Cauca la mayor red de mercado gira en torno a Buenaventura y Guapi, y en el corregimiento de Triana, se produce un viche, pero a partir de la panela.

Se reconocieron 43 productores y 115 vendedores.

Los productores de viche sueñan con una marca colectiva, así como el tequila.

Foto:

Juan Pablo Rueda, EL TIEMPO

“Estamos pensando que sea patrimonio inmaterial, como pasó con las parteras del Pacífico. Si hay ganas se hace, tenemos una ministra afro ¿La vamos a desaprovechar? Pero necesitamos estar unidos”, dijo Rosmilda Quiñones, de la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico (Asoparupa).

En el Pacífico las mujeres tienen una botella de viche a los pies de la cama. Se lo toman para aliviar los cólicos mestruales, para el mal de ojo, para acabar con el reflujo de los niños y para cuando llegue el momento de parir.

“Cada botella cuenta su historia”, decía Lucía Solís, transformadora de viche.

Para el gestor cultural Dimas Orejuela, la protección de este destilado artesanal de caña de azúcar es la denominación de origen, una marca colectiva y sueña con que se cotice tanto, como el tequila. Ya le tienen lista una carta que le enviarán a la ministra de Cultura, Carmen Vásquez, para que les ayude en este proceso.

“Esta defensa es por mantener la tradición, pero en manos de nosotros”, dijo Orejuela.
El investigador Gorkys Murillo comentaba que la acción del exconcejal Ramos era lo que les hacía falta para manifestarse como Pacífico. “Desafortunadamente fue una amenaza lo que nos unió”, se lamentaba.

Aunque el mercado más grande para el viche se da durante el Festival Petronio Álvarez que se realiza cada año en Cali, Gorkys Murillo planteó que ese mercado estacionario debía trascender; generar una economía de turismo alrededor de la bebida y concentrar todos los esfuerzos en lograr el reconocimiento del viche como patrimonio; sería el primer caso en Colombia. En Brasil y México ya sus bebidas ancestrales lo han logrado.