Caminar por las calles de Barranquilla se ha vuelto todo un desafío, y no es para menos, pues en lo que va de este año 106 tapas de alcantarillas han sido hurtadas en diferentes sectores de la ciudad, sin que sean repuestas poniendo en peligro la vida de los transeúntes.
Unas trampas mortales, así las describe Francia Fonseca, una habitante del barrio Las Gardenias, en el sur de la ciudad, quién cayó en una de estas y se lastimó sus piernas.
“Me caí y me raspé y no he sido la única afectada por estas ‘trampas mortales’, pues por donde vivo se han caído hasta niños y sufren más que yo, ya que se han doblado sus tobillos”, afirmó Fonseca.
Así como la mujer, en el Centro de la ciudad, justo al frente del emblemático edificio de La Aduana, ubicado en la carrera 50 con calle 38, hay alcantarillas que están sin tapas, los trabajadores del sector lo atribuyen a las lluvias y a las personas que se han dedicado a hurtarlas para venderlas.
“La lluvia hace que las tapas salgan volando, dado que la presión del agua las saca, pero a veces llegan personas a llevárselas, incluso si no ha llovido”, manifestó una comerciante del sector, Ingrid Romero.
Uno toma la acera para no estar en peligro en la calle, no para caerse»: transeúnte
La comunidad ha tapado estos ‘huecos’ con piedras, palos y todo lo que encuentra cerca y según un comerciante del sector, habitantes de la calle hasta hacen sus necesidades ahí.
Frente a esta situación, la empresa Triple A, encargada del aseo y alcantarillado en Barranquilla, ha afirmado que se han gastado 21 millones de pesos para colocar de nuevo las tapas, en el que cada una sale a 200 mil pesos.
“En 2018, se presentaron 198 robos y se invirtieron $40 millones”, puntualizó Triple A.
En lo que va del 2019 se han registrado un elevado numero de casos de hurtos de tapas, siendo junio el mes con más incidencia en este delito, 62 fueron quitadas.
Según la empresa las tapas son hurtadas, ya que «son de hierro y al ser un material reciclable, casi siempre son vendidas en chatarrerías«.