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Valores de Nuestra Madre de Mercedes llegarán también a niños varones

El colegio Nuestra Madre de Mercedes es un remanso en medio del ruido. Ubicado en el barrio Santa Mónica, al occidente de Medellín, parece un oasis en medio de los edificios y casas que lo circundan.

Dentro de su sede, al contrario de lo que pasa afuera, el cemento pasa a un segundo plano y los jardines, verdes, vigorosos, permiten al visitante, y a los estudiantes, por su puesto, un espacio ideal para el aprendizaje, la introspección y el crecimiento espiritual.

Pero directivos, profesores y alumnos coinciden en que las virtudes de esta institución educativa no radican únicamente en su sede. Más allá de eso, repiten casi que al unísono, la mayor virtud del colegio es la enseñanza en valores.

Este tema aparece de manera espontánea cuando se habla con cualquier allegado a la institución: desde los estudiantes hasta los padres de familia señalan que este es el punto diferenciador con las demás instituciones educativas.

El colegio cree firmemente que los hombres serán un complemento para las mujeres.

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Jaiver Nieto/ETCE

La hermana Irma Torres, rectora del colegio, es enfática en decir que la formación en valores es de real importancia para la sociedad en que vivimos. Para ella, las cosas no están funcionando bien en la sociedad. Para mostrar esto pone un ejemplo ilustrativo sobre la mesa: les preguntó a sus alumnas, desde las más chicas, si les gustaba la sociedad en que les había tocado vivir. Las niñas de cuatro o cinco años, lo dice todavía algo sorprendida, respondieron que no estaban conformes.

Esto, para la rectora, es un síntoma de que la educación ha fallado. “La educación ha existido toda la vida, pero ha fracasado. Es decir, no ha podido transformar la sociedad. En eso es que nosotros estamos trabajando, para que las muchachas salgan de acá con los valores suficientes para ser capaces de generar una verdadera transformación social”, explica Torres.

Es en este punto donde la hermana cree que la formación del colegio es diferenciadora. Desde su punto de vista, de nada sirve enseñar los valores cristianos-católicos del colegio – entre los que se destacan el respeto, la solidaridad, la responsabilidad- si no ayudan a transformar la sociedad: “No se trata solo de dar valores por darlos, sino de que enraícen en las niñas y que ellas puedan utilizarlos. Nuestra formación está enfocada a la libertad, pero es una libertad con responsabilidades, crítica”, puntualiza.

La educación ha existido toda la vida, pero ha fracasado. Es decir, no ha podido transformar la sociedad

Coeducación: el paso a seguir

Pero como el mundo está cambiando de manera constante, el colegio también ha tenido que mutar. El cambio más sustancial, quizás, se presentará a comienzos del otro año, cuando a la institución lleguen a los niños luego de décadas en que el colegio solo educó a niñas.

Nuestra Madre de Mercedes fue fundado en 1964 en el barrio San Javier. La creación estuvo a cargo de varias Religiosas Mercedarias que pretendieron, en ese momento, llevar los valores de la Orden de la Merced a las nuevas generaciones. En ese momento, explica Gloria Stella Correa, sicóloga del colegio, la institución recibió niños varones. Pero, con el tiempo, e influenciados por las tendencias de la época, el colegio decidió volverse femenino. La hermana Irma considera que ahora, con los cambios que está dando la sociedad, no es necesario separar más a los niños de las niñas.

Nuestra Madre de Mercedes fue fundado en 1964 en el barrio San Javier.

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Jaiver Nieto/ETCE

Lo mismo cree la sicóloga Correa: “Desde hace varios años el colegio viene preparándose para este cambio. Pasa que en el mundo laboral las niñas van a encontrarse con los hombres, es lo normal. Nuestra formación se sustenta en ser integral. En ese sentido, los hombres y las mujeres son un complemento”.

Los niños, con el fin de que se adapten a los valores institucionales, comenzarán a entrar desde transición. Así que a medida que vayan creciendo podrán irse acomodando a los valores mercedarios.

Las directivas del colegio manifiestan que los padres de familia, en general, se han visto conformes con la decisión del colegio. María Antonia Sierra, estudiante de grado décimo, considera que este era un paso que la institución debía dar: “Es algo nuevo para nosotros, pero ya era hora de que sucediera. Los hombres también tienen derecho a recibir una formación integral como la que recibimos aquí”. El colegio cree firmemente que los hombres serán un complemento para las mujeres. De esta manera, ambos géneros aprenderán del otro y saldrán más preparados para la vida profesional.

Es algo nuevo para nosotros, pero ya era hora de que sucediera. Los hombres también tienen derecho a recibir una formación integral como la que recibimos aquí

Olga Lucía Rodríguez, docente de primaria, está de acuerdo con esta afirmación: “La sociedad nos está pidiendo que se relacionen con otro género. Los niños van a ir subiendo de grado, avanzando paulatinamente. Lo que creemos es que los niños tienen ciertas características y las niñas otras, de eso tienen que aprender”.

Enseñanzas mercedarias cumplen ocho siglos

Si bien el colegio fue fundado en 1964, la Orden de la Merced, a la que está adherida la institución, tiene una historia mucho más extensa. Fue fundada exactamente hace 800 años, en 1218, por san Pedro Nolasco, un religioso nacido en Barcelona.

Nolasco se dedicó a la loable tarea de la redención de cautivos que estaban en poder de musulmanes. Cuenta la historia que el santo organizaba expediciones con sus propios recursos para sacar de la esclavitud a los cautivos. Fue él quien fundó la Orden de la Merced luego de que la virgen se le apareciera y se lo pidiera.

La orden llegó a tener también su rama femenina, pero luego se perdió. Sin embargo, fue restablecida por Lutgarda Mass I Mateu luego de que la virgen le comunicara su deseo de la vuelta de la rama femenina. Gracias a ello es que las Religiosas Mercedarias pudieron fundar el colegio en 1964.

La formación del colegio está enfocada a la libertad, pero es una libertad crítica, con responsabilidades.

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Jaiver Nieto/ETCE

Como la misión de la Orden fue la redención de los esclavos durante varios siglos, la libertad se convirtió en uno de sus valores supremos. La Hermana Irma Torres, rectora del colegio, considera que la libertad es esencial para el desarrollo de sus estudiantes. Pero no es una libertad absoluta, sino que tiene un apellido que la acompaña: «crítica». Es decir, es una libertad con responsabilidad, que da a las estudiantes (y a los niños que llegarán el próximo año), la capacidad de liberar a los demás de sus ataduras.

Si bien el modelo esclavista se derrumbó en el siglo XIX en casi todo el mundo, la hermana Irma cree que ahora existen otras formas de esclavitud que oprimen a las personas: la sociedad de consumo, las apariencias. Por ello, insiste la rectora, es importante la formación liberadora del colegio, que se desprende de ocho siglos de historia de la Orden de la Merced.

Los estudiantes disfrutan de las fechas especiales

Los 433 estudiantes matriculados en el colegio pueden disfrutar de un remanso dentro de la ciudad. En los descansos es común ver a las niñas en bancas de cemento que, en medio de una vegetación frondosa, permiten tener charlas sosegadas, sin preocuparse por el ruido de la ciudad.

Pero es en la cancha deportiva donde se celebran la mayoría de actividades que el colegio celebra. Las muchachas (y prontamente los muchachos) se apostan sobre las tribunas para disfrutar de las fiestas del colegio.

Por ejemplo, una de las fechas especiales es en la que se conmemora a san Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced. Otras fechas especiales son la Navidad y la Pascua. También merece especial mención la celebración en torno a Lutgarda, referente de la Orden.

El colegio está en su sede actual desde 1973, cuando se mudó de San Javier, en donde funcionó por nueve años. El espacio es ideal para practicar actividades físicas.

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Jaiver Nieto/ETCE

Otro de los factores que más resaltan estudiantes y padres de familia es la calidad académica. El colegio siempre se ha mantenido en nivel Superior y Muy Superior, de acuerdo con los estándares del Ministerio de Educación, según explica Gloria Stella Correa, sicóloga de la institución.

María Antonia Sierra, estudiante de grado décimo, resalta el nivel en las asignaturas de inglés y matemáticas. En esta última, precisamente, se ha hecho un esfuerzo especial para que las niñas aprendan y no terminen sintiendo tedio. Para ello desarrollaron durante un tiempo un club de matemáticas y se han ideado la manera de enseñar esta asignatura con material didáctico.

Estas son algunas de las características que más resaltan dentro de la institución que en este 2018 celebra los 800 años de la fundación de la Orden de la Merced.

MEDELLÍN