Inicio Colombia Válvulas ilícitas ‘desangran’ campo petrolero en el Catatumbo

Válvulas ilícitas ‘desangran’ campo petrolero en el Catatumbo

El pasado 8 de junio, Ecopetrol activó un plan de contingencia por un derrame de crudo que destruyó 3.200 metros cuadrados de capa vegetal, de la vereda La Cuatro, del municipio de Tibú, Norte de Santander. Cinco días después, una emergencia similar se presentó en otro caserío, no muy lejos de allí, donde las aguas del Caño Serpentino se tiñieron de negro por la caída del fluido, ocasionando un grave deterioro a este ecosistema.

Estos dos incidentes fueron originados por un fenómeno criminal que este año ha sufrido un incremento del 1.500 por ciento, según comparativos con cifras oficiales de Ecopetrol, y que tiene bajo acecho a la producción petrolera en la región del Catatumbo.

.Se trata del apoderamiento ilegal de hidrocarburos por medio de válvulas ilícitas, que grupos armados instalan en las líneas de transferencia por donde esta compañía transporta el fluido al complejo energético llamado Campo Tibú.

En lo corrido de 2018, unos 1.242 ‘pegas’, como también son conocidos estos artefactos, han sido colocados a lo largo de este entramado de tubos y estaciones de captación, que abarcan unos 300 kilómetros cuadrados de la zona rural de esta localidad.

Esta alarmante cifra es la única que alcanza los cuatro dígitos en los últimos años. En 2017 fueron detectados 202 elementos mientras que el año anterior apenas se reportó la aparición de unos 156.

“Creemos que este incremento de válvulas ilícitas se debe a que el oleoducto Caño Limón-Coveñas estuvo fuera de servicio unos cinco meses (…) El insumo hurtado es usado por lo general para la producción de la pasta de coca y lo que nos preocupa son las implicaciones ambientales que lleva la intervención de esta infraestructura, porque el daño al ecosistema es muy grave”, indicó un vocero de la estatal petrolera.

La arremetida de esta actividad delictiva está estrechamente relacionada con la reactivación de la cadena del narcotráfico en esta zona fronteriza con Venezuela, donde se han incrementado los cultivos ilícitos. Del fluido robado, que se somete a una destilación artesanal, se extrae el famoso ‘pate grillo’, un tipo de combustible que se usa para procesar el estupefaciente.

‘Los Pategrilleros’, banda criminal señalada de hurtar crudo

De acuerdo con el Ejército Nacional, quienes están detrás de esta grave afectación a la industria petrolera, cuyas pérdidas por causa de esta acción delictiva se estiman en unos 80.000 barriles de crudo –producción equivalente a la de un mes en Campo Tibú-, pertenecen a una banda delincuencial, autodenominada ‘Los Pategrilleros’.

Estos criminales, que operan en cuadrillas integradas por cinco personas, son contratados por las mafias y las organizaciones armadas, como el Eln y Los Pelusos, para ejecutar el hurto y armar un conducto en dirección a complejos de captación improvisados, donde se almacena el hidrocarburo.

“A nivel de Ejército, en la operación de control y defensa, hemos detectado en el último lapso un promedio de 100 válvulas ilícitas. No tenemos una aclaración o definición con Ecopetrol sobre el manejo de la estadística (…) Pero creemos que este incremento se debe a la reactivación del narcotráfico y al único que le interesa este crudo es a esta cadena delictiva y le interesa a los Pategrilleros, que trafican con ese insumo”, precisó el general Eduardo Quiros, comandante de la Fuerza Tarea Vulcano.

Aunque los operativos militares contra este delito se han intensificado en los cerca de 200 pozos activos que posee este complejo petrolero, las autoridades apenas han logrado 17 capturas. Asimismo, han sido destruidas más de 50 refinerías ilegales y se han recuperado 6.000 galones de combustible hurtado.

Especies insignias de la región como el bocachico se encuentran amenazadas por estas emergencias ambientales.

Foto:

Cortesía de Ecopetrol

Sin embargo, lo más grave de este fenómeno es el daño irremediable que ocasiona en el medioambiente si la válvula falla y esto desata un derrame de petróleo, como ha ocurrido en 77 eventos. De acuerdo con Ecopetrol, 11.617 metros cuadrados de suelo y 1.881 metros cuadrados de espejo de agua han sido anegados en medio de estas contingencias, donde cayeron 706 barriles de crudo.

Entre los ecosistemas alcanzados por esta contaminación hay caños y pequeñas lagunas, que son importantes para la reproducción y la cadena alimenticia de la flora y fauna de región del país.

“Estamos muy preocupados, porque la cifra y el incremento es realmente alarmante. Desafortunadamente hay afectaciones que han sido una tras otra en el sector de Tibú. El impacto es en el recurso suelo e hídrico, alterando entornos y amenazando como el bocachico, insignia de la zona”, aseveró César Ortega, coordinador de Minería e Hidrocarburos de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor).

Gustavo A. Castillo Arenas
Corresponsal de EL TIEMPO
CÚCUTA
Twitter: @Litumaescritor