Luego de que el pasado martes la Alcaldía de Bucaramanga, en Santander, tomará la decisión de reubicar a los más de 500 vendedores ambulantes en los parques Antonia Santos y Centenario, y en la plazoleta del intercambiador en el sector de Quebradaseca, los informales señalan que han decidido retornar a sus anteriores puestos de ventas en calles estratégicas del centro por incumplimientos del mandatario local.
Aunque fueron reubicados con la asignación de puestos en esos sitios, comerciantes informales como Álvaro Benitez, indican que esas zonas de la ciudad son foco de inseguridad y no favorece en las ventas.
“Esos tres puntos son una zona de delincuencia, de prostitución y como tal, así no se vende. Mejor dicho, estamos al margen de todo menos de una solución”, dijo Benitez, quien señala que se ha incumplido en aspectos como las condiciones de seguridad que darse con mayor presencia de la Policía.
Esos tres puntos son una zona de delincuencia, de prostitución y como tal, así no se vende. Mejor dicho, estamos al margen de todo menos de una solución
Además, insistió en que funcionarios de la Alcaldía han obligado a los comerciantes a instalarse en el lugar asignado para las ventas informales o de lo contrario, interpondrían comparendos y decomisarían sus mercancías.
“Hay muchos compañeros que por necesidad de sus sustento diario han tenido que regresar a las calles a manear y a correrles a la Policía que nos persigue de una forma inclemente. Nosotros estamos haciendo resistencia porque el Alcalde nos sacó de un espacio público para invadir otro que son las zonas verdes de la ciudad”, insistió el vendedor.
Las peticiones de los ambulantes obedecen a una reorganización de los espacios en los que serían ubicados para que les genere ventas y no pérdidas en sus productos y servicios.
Los vendedores piden que se adecue la plaza San Mateo en el centro de la ciudad al mismo tiempo que el almacén Tía, que cerró sus tiendas por problemas económicos, pero que está en un sector estratégico para el comercio.
Según la Alcaldía, la medida duraría al menos cuatro meses, mientras se implementa un Plan Maestro de Espacio Público.
BUCARAMANGA
