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Parece que la relación de Sirin con Hatice se normaliza. Sin embargo, es sólo una apariencia. Es verdad que su madre ha visto en ella un buen gesto al ir a hacerse el análisis de sangre para saber si su médula es compatible con la de Bahar. Sin embargo, el miedo sigue muy presente.
Es el temor a que, aunque sus hijas sean compatibles, Sirin decida no hacer la donación. Hatice sabe que la necesita para curar a Bahar, por lo que firma una aparente tregua. Sirin se aprovecha de este chantaje para volver a tener a su madre de su lado. ¿Quién ganará este pulso?
