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Crítica de ‘Hierro’: Un thriller tenso y adictivo guiado por una gran Candela Peña

El asesinato de un joven el día de su boda, una jueza recién llegada como castigo por su impopular comportamiento y una isla remota en la que todo el mundo apunta al mismo sospechoso: el padre de la novia que además es un oscuro y temido empresario. Ese es el punto de partida de ‘Hierro‘, un thriller tan intrincado como los caminos que cruzan la isla, la más alejada y misteriosa del archipiélago canario. La singular idiosincrasia de El Hierro, con creencias muy arraigadas, un ritmo pausado y cierto recelo a lo foráneo, juega un papel fundamental en esta trama de tensión contenida, constantes sospechas y un trepidante desenlace que coincide con la celebración más concurrida de la isla: La Bajada. Una investigación adictiva apoyada sobre el sustancioso guion de Jorge Coira a partir de los personajes, profundos, consecuentes y repletos de grises, ideados por Pepe Coira.

Candela Peña y Juan Carlos Vellido encabezan la investigación en 'Hierro'

Candela Peña y Juan Carlos Vellido encabezan la investigación en ‘Hierro’

‘Hierro’, cuya primera temporada (hasta el momento) cuenta con ocho episodios de 50 minutos de duración, se estrena este viernes 7 de junio en Movistar+. Lo hace tras un largo y complicado proceso: en 2015, Atresmedia acogió el proyecto de la productora gallega Portocabo con vistas a su emisión en laSexta. Todo parecía encaminado, incluso participó en el festival Séries Manía de París, pero en junio de 2016 se detuvo la producción cuando todavía estaba en fase de desarrollo. Menos mal que en abril de 2017 fue rescatado por Movistar+, convirtiéndola así en una coproducción internacional junto a Portocabo, Atlantique Productions y ARTE.

Con Movistar+ surgió el nombre de Candela Peña, que se asoma por vez primera al universo de las series (y qué gran noticia). La tres veces ganadora del Goya pone su innegable talento al servicio de la primera protagonista femenina en una serie original de la plataforma, contagiándola de su energía. Su personaje, Candela Montes, también escapa a lo convencional. Jueza fría y arrogante a la par que cercana y vulnerable, es madre soltera a cargo de un niño enfermo. Por si no fuese bastante su enfado, recluida en una isla que desearía no haber conocido, se encuentra con el brutal asesinato de un joven llamado Fran nada más llegar. El fallecido estaba a punto de casarse con Pilar (Kimberley Tell), la hija de un turbio empresario llamado Díaz (Darío Grandinetti), quien no guardaba simpatía alguna con el muchacho. Eso, unido a sus antecedentes, es suficiente para que toda la isla lo tache como culpable sin juicio previo.

Ritmo pausado y final trepidante

De entrada, ‘Hierro’ nos recuerda a los mejores «nordic noir», el género maestro del cine escandinavo. Un buen ejemplo podría ser la británica ‘Broadchurch‘, que arranca con un asesinato y donde los vecinos, cambiando un húmedo pueblo costero por una isla agreste y meridional, señalan culpables en cada esquina. Pero lo cierto es que ‘Hierro’ bebe de su propia fuente, la de Pepe Coira, Fran Araújo y Araceli Gonda al guion, que durante años se fajaron construyendo personajes ideales, llenos de claroscuros, para un ambiente tan diferenciado y a la vez universal como el herreño.

La isla de El Hierro juega un papel fundamental en la trama

La isla de El Hierro juega un papel fundamental en la trama

Gracias a la inspirada construcción de estos personajes, descubrimos que una comunidad de apenas 5.000 habitantes puede resultar tan reducida como compleja. Nadie es inocente ni todo lo contrario. En manos de Jorge Coira recae como director la misión de elevar la tensión hasta el momento culmen, cuando la caza del asesino es inminente y la isla, habitualmente apacible, se pone patas arriba. Por eso, quizá los primeros compases de ‘Hierro’ resulten algo impersonales, haciendo dudar al espectador: «¿podré llegar a empatizar con los protagonistas?». En mi caso, todo llegó con el paso de los capítulos; cuando queda claro que atiende a la necesidad de crear un clima de desconfianza en todos los habitantes de la isla. El objetivo es que cualquiera pueda ser el culpable y que eso sea creíble. Son personajes consecuentes, pero de los que sabemos lo justo y necesario para que sobre ellos siga pendiendo la sombra de la sospecha.

El tiempo de la narración tampoco es demasiado habitual, y seguramente a día de hoy solo se pueda encontrar en una plataforma como Movistar+, no así en cadenas generalistas. El ritmo pausado del inicio, presentando a cada personaje y dejando que el aislamiento y la lejanía de la isla cale en nosotros, da paso en los siguientes episodios a una trama sinuosa, tensa y realmente agotadora. Todo ello acompañado por una intensa banda sonora, obra de Elba Fernández y Xavi Font, que integran los propios rugidos de la isla, el viento y el mar batiente y el viento como sonidos inalienables, con una mezcla de instrumentos de viento que parecen emular los quejidos de la isla ante las injusticias.

Díaz mantiene una tensa relación con la jueza Candela Montes

Díaz mantiene una tensa relación con la jueza Candela Montes

Desde el primer momento despierta un fuerte interés la relación entre Díaz y Candela, con Candela Peña y Darío Grandinetti trazando un poderoso juego de intereses. Desde el primer cara a cara se respira la química que se presupone a dos gigantes de la interpretación cuando están dando lo mejor de sí delante de una cámara. Y pesar de las aristas emocionales de sus personajes, por momentos con una actitud repulsiva, despiertan empatía. Todo sin olvidar a Juan Carlos Vellido, el responsable de la policía judicial y encargado de la instrucción del caso, que mantiene unos jugosísimos tira y afloja con la jueza. Igual de sabrosos, en este caso en lado más íntimo de la protagonista, resultan sus conversaciones con Reyes, guardia civil a quien Candela en la investigación y que interpreta de manera brillante la canaria Mónica López.

Acento canario y mujeres poderosas

Más allá de la protagonista, ‘Hierro’ es una serie rebosante de mujeres fuertes y decididas, que en ningún caso sirven de acompañamiento. Ellas deciden y obran en consecuencia, siendo decisivas en todos los aspectos de su vida e igualmente a efectos de la historia. Idaira (Tania Santana), quien muy pronto se ganará la confianza de la jueza Montes; Elvira (Yaiza Guimaré), cuyo matrimonio está más que agotado con Díaz; y Samir (Antonia San Juan), una peligrosa traficante que ocupó el negocio de su marido después de su muerte, completan el protagonismo femenino de forma más que convincente.

Cabe destacar también el uso del acento autóctono. Defender y mostrar la cultura herreña era una premisa muy importante para los creadores desde que eligieron dicha localización. Se demuestra así, una vez más, que una ficción no ha de ser rodada con acento neutro y personajes «universales», sino que cada lugar tiene su esencia, su acento, sus gentes y sus costumbres arraigadas. El ejemplo de que lo plural siempre es mejor y que, además, tiene tirón en el resto del planeta, ávido de historias nuevas, frescas y sorprendentes.