La vida parece seguir igual para Paco Miranda y Mariano Moreno, o casi. Ha pasado toda una década y, por eso, ya no son tan jóvenes. Y a su alrededor todo está cambiando. Eso sí, como policías, siguen enfrentándose a los casos más complicados para proteger a todos los ciudadanos.
Lo que no saben es que el siguiente les va a cambiar la vida, a ellos dos y también a Ika, sobrina de Paco, que también ha entrado en el cuerpo. Los tres van a ser despedidos, aunque se van a quedar muy poco tiempo en el paro, lo justo para que Mariano participe en ‘Paspalabra’: ¡Lucas les recluta para ser agentes del CNI!
¿Cómo empezó todo? Cuando pensaban que iban a interceptar un cargamento de escopetas, lo que Paco, Mariano e Ika se encuentran es una peligrosa ojiva nuclear. La mafia rusa se lo iba a comprar a una banda angoleña, que finalmente logra escapar con esa mercancía.
Tras conseguir sonsacar a los rusos la información de dónde se ocultan los angoleños, la investigación les lleva hasta un hangar. Una avioneta está a punto de despegar con el arma. Paco y Mariano están escondidos pero un disparo sospechoso les delata y tienen que huir. ¿Alguien intentaba matar a Paco?
Una trepidante persecución acaba de la peor forma posible: los angoleños se llevan la ojiva. Este fracaso acaba con la carrera de Paco como comisario y con las de Mariano e Ika como policías. Sin embargo, ocurre lo más inesperado: se reencuentran con Lucas, que les ofrece convertirse en agentes secretos.
Ésa es la gran sorpresa de Lucas: trabaja en el CNI… ¡y también Sara! Los dos forman una pareja feliz, diez años después. Han tenido un hijo, Fran. Y siguen demostrando una gran complicidad entre los dos.
En su viaje a Madrid, Sara ha visitado a Paco pero lo ha hecho con una mala noticia que ha tardado en darle: Lola se va a casar.
