Diego de Castamar intenta buscar el camino correcto después de haber amanecido con Amelia desnuda en su cama. El duque piensa que ha deshonrado a la joven y ahora tiene que cumplir su deber.
Lejos de escuchar a su corazón, se reúne con la señorita Castro y aunque ella estaba a punto de confesar la verdad sobre su engaño, Diego se adelanta y le pide matrimonio.