Diego de Castamar llega a palacio con su hermano Gabriel malherido. Doña Mercedes corre preocupada y a la vez aliviada de ver que sus dos hijos están vivos. Amelia Castro se encuentra paralizada porque desea saber cómo se encuentra Gabriel y sus sentimientos son más fuertes hacia el pequeño de los Castamar.
Diego cita a Clara en las escaleras que dan a la cocina y no hacen falta palabras para describir su deseo y amor. Un beso sella por fin los sentimientos que les unen.
“Es la fuerza que sale de dentro la que mueve el cuerpo más allá de nuestra voluntad. La fuerza del instinto. De lo inevitable. La fuerza del amor. La fuerza que nos hace derribar todas las barreras al precio que sea. La fuerza para la que no existe oposición. La fuerza sobrenatural, a la que solo cabe rendirse. La fuerza de lo que de verdad importa.”
Un beso muy esperado. Un beso que Diego de Castamar llevaba esperando desde que sucedió un momento mágico en la cocina y recordó al declarar su amor ante Clara.
