María es la dueña del restaurante San Martiño en Teo, Galicia. Cuenta que esta estafa ha sido un golpe muy duro. El acreedor le dejó a deber un banquete de 12.500 euros. Tuvo que pagar a todos los proveedores y no disponía de los fondos.
Doscientas personas disfrutaron de un bautizo en el que no les faltó de nada. Los invitados y la persona que contrató sus servicios desaparecieron sin pagar ni un céntimo.
Ya hay una condena por estafa a la persona que contrató sus servicios. Le ha devuelto 5.500 euros en concepto de indemnización. Una cantidad que María considera insuficiente por todos los perjuicios que les ocasionó el impago. Le gustaría que el moroso entrara en prisión: «Pero parece que la jueza no está por la labor», lamenta.
En un momento dado del festejo una orquesta comenzó a toca y todos los invitados salieron del recinto. Cuenta María que ahí ya empezó a sospechar de la estafa y les dijo a los músicos que no les dejaría salir del local porque iba a llamar a la Guardia Civil. La empresaria detectó que «estaban todos compinchados».
«Ellos estaban tranquilos, se pudieron a comer tarta. La orquesta tampoco tenía intención de pagarme y habían contratado varios servicios», cuenta. Esta pesadilla arrancó hace años. Su marido falleció durante el proceso judicial y no ha podido ver cómo se ha resuelto la condena.
María conocía al padrino del niño al que había hecho otro bautizo y con el que no tuvo ningún problema. «Ellos tienen la costumbre de recaudar dinero entre los invitados cuando sirven el postre y ese día debió sacar unos 12.000 euros», cuenta.
Puedes ver la denuncia de una empresaria a la que hicieron un ‘simpa’ de 12.000 euros en Espejo Público a través de Atresplayer.
