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Ceyda comienza a trabajar en la casa de Jale cuidando de su hijo. Está a prueba. De momento, ha cumplido con los primeros requisitos pedidos por la doctora: se ha vestido de una forma más discreta, gracias a la ropa que la ha prestado Yeliz. También tendrá que cuidar su lenguaje.
Las primeras sensaciones son positivas y al niño le hace muchísima ilusión que Ceyda le cuida. No obstante, la naturalidad y la espontaneidad de ella acaban siendo inevitables.
Además, Jale descubre que tiene un hijo y se interesará por él. ¿Terminará por contratar a Ceyda?