Una escena extraordinaria ha ocurrido en la casa de los Derenoglu: para complacer a Hikmet en una de sus fugas mentales y no alterar su ánimo, Esat se ve obligado a pedirle la mano a Gülben.
En un momento tan inesperado como deseado para ella, contempla una escena inédita y, además, uno de sus deseos más fantasiosos se hacen realidad: el amor de su vida pide el consentimiento a su padre para casarse con ella.
“Te la concedo”, sentencia Hikmet a Esat para dar su bendición sobre la boda.
¡Qué momento tan surrealista para los tres!