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‘Gran Hermano’: Bea estalla contra Meritxell: «Se ha lavado más el cerebro que sus bragas»

La tensión está por las nubes en la casa de ‘Gran Hermano‘. La visita de los familiares parece haber removido las viejas rencillas entre Miguel y Adara, mientras que en el caso de Meritxell y Bea se ha descubierto que su amistad no era tan pura como parecía. Las palabras de la tía de Adara siguen escociendo entre el grupo mayoritario, consiguiendo desatar la guerra entre los bandos donde Alain es el único que se dibuja como puro observador.

A la hora de la comida, Bea explicaba a Adara frente a sus compañeros lo que ella sentía como un gesto de mal gusto por parte de Pilu. Una conversación a priori distendida, aunque rodeada de tensión, a la que Meritxell sumaba su opinión haciendo saltar a la naranjita y al trampantojo: «Tú callate Meri porque estás dando a entender que te damos de lado». Un primer latigazo que desencadenaría todo tipo de reproches y malos gestos entre las amigas y, paralelamente, entre los enemigos más antiguos de la edición.

La pelirrosa parece haber recuperado a la chonija del principio que consiguió llevarla a la calle por sus malas formas, eso sí, desatada por el cambio de bando de la de Cornellà. Bea acusaba de falsa, traidora, enferma, víctima y sucia a la pantera, cuando ésta ponía las cosas en su sitio: «Vienes y me dices que me tienes cariño cuando no paras de metérmela por la espalda nominándome todas las putas semanas». Mientras, Adara perdía los papeles con Miguel: «Eres un sinvergüenza. A mi familia no la toques».

«Sois unas víboras, falsa, estáis jugando sucio»

Y es que tras el primer round, cada una se desahogaba con sus apoyos donde Bea sacaba todo el rencor acumulado. «Se ha lavado más el cerebro que sus bragas, ¡mira lo que te digo!», comentaba, inspirada posiblemente por las palabras de Laura en la gala hacia Rodrigo en relación a la ropa interior de la pantera. «No paran de llorar, que somos malas personas, que estamos en contra de ellas… Ahora no las voy a dirigir la palabra. Vas a donde más calienta, víctima. Que se compre una vida que parece que con la suya y con la de quien le da la manita no le vale», comentaba.

Por su parte, Meritxell creía desmontar a la Naranjita y su traición: «Siempre juzga sin saber. ¿Tú qué sabes lo que habrá visto mi familia o la de Adara? Lo que no entiende es que no somos víctimas sino la puta minoría. Me defiendo de lo que me estás diciendo».

Una discusión que tendría su segundo encontronazo en la cocina, cuando Bea hablaba con Alain sobre los 3 puntos que su madre Yolanda le había dado. Rápidamente, Meritxell salía a reprender a la chonija su uso de su examado, reavivando las llamas. «Sois unas víboras, falsa, estáis jugando sucio», apostillaba la valenciana. «Todo se resume en que tienes miedo a salir a la palestra», sentenciaba la catalana. Una explosión de caracteres que demuestra cómo los habitantes de Guadalix perciben la llegada del final del concurso.