Gülben sigue sin poder dormir con
Esat. Su marido le dice a Gülben que duerma ella en la cama y él
dormirá en el sofá, pero ella le dice que no puede ser porque todo es por su
culpa: “He arruinado nuestra luna de miel, cada uno durmiendo en su cuarto”.
Esat, que intenta quitarle
hierro al asunto, no consigue animar a Gülben: “¿No crees que te debo un
matrimonio de verdad?”
Esat, entonces le dice que sí y que es el momento de empezar
ahora mismo: “¿Puedo darte un masaje?”, le pregunta a Gülben.
Aunque al principio ella no le hace mucha gracia la idea de
su marido, accede para demostrarle que está poniendo todo de su parte por
superar sus miedos.
Gülben, que da un importante paso dejando que alguien le toque por primera vez
los hombros, le pide que es mejor dejar ese masaje para otro día, huyendo una
vez más de esta esta situación que tanto le incomoda.
¿Conseguirá algún día dejar todos esos temores que le impiden
ser feliz a un lado?
