Bahar ha descubierto en qué habitación se encuentra Arif. Ahora que va encontrándose más fuerte y recuperada, decide visitarle. Lo que encuentra es a un hombre hundido por la culpa, que se siente totalmente responsable del accidente.
Cuando Sirin le ha contado la muerte de Hatice, él no se ha opuesto a que le pegara. Incluso le ha pedido a Ceyda que no se lo impidiera. Quiere afrontar las consecuencias.
Ante Bahar, Arif también asume la culpa. Y le hace una petición que cambiará para siempre su relación: “No me perdones”.