En primera línea | No sin los míos
Sin demanda en su negocio de fiestas, tuvo que despedir a sus dos empleadas, una de ellas su madre. Una decisión que, por sus lágrimas, está entre las más difíciles.
“Trabajo en el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada y estoy como autónoma, me dedico a hacer fiestas, cumpleaños, comuniones…”, explica. Daba empleo dos personas, y una de ellas era su madre. Y a ambas tuvo que despedirlas.
Recuerda el momento en el que tuvo que comunicar a su madre que tenía que prescindir de ella. Lo hace sin poder evitar las lágrimas: “Es una decisión de supervivencia”.
“Menos mal que mi padre trabaja en el campo y mi hermano, de técnico de Emergencias sanitarias”, explica. Confiesa que gracias a los dos pueden llegar a fin de mes, una realidad que es muy común en muchas familias que están sufriendo las consecuencias económicas de esta crisis por el coronavirus.