Paco y Dolores salen del despacho de Peñafiel, que les ha obligado a entregarles a Elisa, la testigo protegida, y a su hijo. La conversación con él ha sido muy desagradable, lo que sólo ha hecho acrecentar sus sospechas de que está detrás del caso de los traficantes de armas rusos.
Mariano, que no ha estado en esa reunión, aparece con otro lío, en este caso personal. Yolanda cree que le está poniendo los cuernos con Dolores, y a espaldas también de Paco.
Justo en ese momento, Paco recibe una llamada. ¡Es del móvil de Sara! La coge y escucha la voz de Lucas. Sara y él se han refugiado en su casa después de que ella le encontrara huyendo en medio de un bosque.
«No hay tiempo para explicaciones», le dice Lucas a Paco, que ha puesto el manos libres. Dolores, Mariano e Ika escuchan también la conversación. Y Rober, en quien todos confían pero al que Peñafiel ha convertido en su espía dentro del grupo.
Lucas les advierte de que están en peligro: «Hay un topo en el CNI».
