Desde que Pepa llegó al negocio que regenta Raimundo con la ayuda de su hija Emilia, hubo una gran conexión entre las jóvenes. Pepa se alojaba en la posada y aprovechaba para pasar tiempo en la casa de comidas donde entablaba relaciones con Emilia.
Pronto la confianza comenzaba a aflorar entre ellas y hasta Emilia se atrevía a aconsejarle sobre cómo debía actuar con Francisca Montenegro. No tardaron mucho tiempo en empezar a hablar de asuntos del corazón y Pepa le dejaba clara cuál era su opinión al respecto.