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Losantos sacude hasta la extenuación a Cañamero: "La gran tarea de Ana Pastor es meter en vereda a cabestros y piafantes"

Contundente columna semanal de Federico Jiménez Losantos en Liberta Digital este 24 de julio de 2016. El periodista de Orihuela del Tremedal le sacude una tunda al podemita Dirgo Cañamero tras su intervención en el primer pleno del Congreso de los Diputados y, especialmente, por su indumentaria en la que pedía libertad para el macarra de Andrés Bódalo.

Losantos no ahorra un solo epíteto y asegura que:

Es intolerable que, para prometer o jurar el cargo que les da acceso al sueldo y a las numerosísimas gabelas y sinecuras del cargo, cualquier lerdo se ponga lírico o farruco burlándose de esa Ley a la que vienen a servir. No debe tolerarse más, so pena de ser suspendido de empleo y sueldo, que los titiriteros de Podemos aprovechen el juramento para mostrar su condición de fatuos semianalfabetos  y su propósito de atropellar los derechos de los ciudadanos que no son de su cuerda. El voto es «sí» o «no», sin los escolios que inventaron los etarras («Por imperativo legal», decían. ¡Naturalmente! ¡No iba a ser por imperativo mineral o criminal!) y que han culminado en la farsa de Iglesias, Bescansa y su tribu agrocéfala, con Cañamero al frente.

Resalta que:

Pero la curiosidad de ayer se ha trocado en hastío, hay gente que ya no le pasa una a la banda de la Morgue de la Complu y para ridiculizar el número del juramento echaron mano de Juego de tronos, esa serie que Pablenin le regaló al Rey, ¡cómo si los Borbones no supieran de intrigas! Y la favorita en los memes y bromas es «Carolina de la Casa Bescansa, la Primera de su nombre, Heredera del Laxante, del Abrótano Macho y del Televés de su Farmacia, reina de los vándalos y de los primeros hombres de Atapuerca, Brazo del Septón, Mano del Rey Loco» y otras khalessiadas.

Bescansa convirtió en photo-call la apertura de la legislatura pasada diciendo que una madre no podía dejar ni un minuto a su bebé, al que dio de mamar en público con estúpida y señoritil falta de respeto a las mujeres trabajadoras que ni pueden ni deben hacerlo con el niño puesto y muy especialmente a las diputadas que antes y después de la Guerra se han abstenido de orear la teta en el hemiciclo y de hacer eructar a sus criaturas sobre los fotógrafos. Esta vez, con el bebé en guardería o adopción, quiso chupar cámara con un juramento que, siquiera por conciencia de clase, debería prohibirse. ¡Una multimillonaria gallega abusando de un pastor de cabras de Alicante!  Porque la añeja bachillera de la Complu echó mano del pobre Miguel Hernández como si fuera un mozo de su botica : «no soy de un pueblo de bueyes,  / que soy de un pueblo que embargan / yacimientos de leones, / desfiladeros de águilas / y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. / Nunca medraron los bueyes / en los páramos de España».

Considera que:

Que Carolina de la Casa Bescansa, Enésima de su apellido, Regina Neanderthalensis, etc, cuelgue el orgullo de los antitaurinos de Podemos de la punta de un cuerno es ridículo. Pero la bravura le duró poco: tras meterse con los pobres bueyes, la Madre de Tragones repitió el mantra de Pablenin: «Prometo acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla. Nunca más un país sin su gente, nunca más un país sin sus pueblos». Y todos tras él. Ni los cabestros de Florito obedeciendo a la vara del Mayoral de Las Ventas. ¡Qué sumisión bovina, qué poca casta brava! Si el caporal lo ordena, veo en la próxima sesión a Errejoncillo y su pandilla repitiendo:  «Volverán las oscuras golondrinas, de tu balcón sus nidos a colgar…»  O anunciando su IspanTV: «Abenámar, Abenámar, / moro de la morería…»

E insiste en que:

Es intolerable que estos gapanes del intelecto y trincapatés de la política insulten a todos los españoles que les pagamos el sueldo diciendo que no hemos sido ni pueblo ni gente hasta que ellos entraron en las Cortes. Y que lo hagan, precisamente, para negar la soberanía del Pueblo Español. Pero menos tolerable aún es que venga Cañamero, el dizque jornalero con las manos más finas que Soraya de Persia, haciendo propaganda del matón Bódalo, condenado varias veces por golpear a ciudadanos indefensos para imponerles por la fuerza la huelga que no quieren hacer. La última fue por apalear a un socialista. La penúltima, por pegarle a la cajera embarazada de un supermercado al que entraron a robar el Cañamero, el Bódalo y demás.

Y culpa a la vicepresidenta del Gobierno de haber tolerado tamaño despropósito:

Siempre en el tono festivo que Atresmedia / La Sexta, el segundo  Frankenstein que se le ha ido de las manos a la Doctora Soraya, emplea para ganar audiencia y dinero sacando a los de Podemos «mañana, tarde y noche», entrevistaron al diputado Cañamero, que ha debutado en la sede del Poder Legislativo diciendo que «hay que incumplir las leyes injustas». Pero cubría ese torso que tanto admira Teresa Rodríguez una camiseta con una imagen de Bódalo, entre Hugo Chavez y Paquirrín y le preguntaron cómo era posible que desde el Templo de la Ley pidiese vulnerar las leyes y que pidiera la libertad de un condenado por apalear socialistas y embarazadas. ¡Cómo se puso el jefe del SAT, SOC o como se llame ahora la franquicia de Sánchez Gordillo! «¡Da igual lo que digan ustedes o los jueces! ¡Bódalo no agredió a nadie!», imprecaba a los contertulios. «¿pero cómo que no ha agredido a nadie si tiene varias condenas por agresiones?», se enfadaban ellos. «¡Falso, todo falso!», voceaba la novísima estrella de La Sexta.

Y entonces, en ese belén del despotismo podemita habilitado por el PP, alguien puso en duda el juicio de Cañamero sobre Bódalo porque le  acompañaba en el asalto a un Mercadona. Y va Cañamero y dice que eso no es robar, aunque Cáritas se negó a admitir lo que no se habían quedado los apaleadores de embarazadas. Pero al ver que estaba confesando su participación en un delito, va y dice: «lo hicimos para que se sonrojieran».

Sentencia que:

En ese mismo Congreso de los diputados que pisa Cañamero, Azaña contestó para rebatir un argumento de un diputado de la oposición: «si su señoría no se sonroja, permítame que yo me sonroje por su señoría». Entre aquella filigrana del sonrojo prestado y los «sonrojios» de Cañamero hay algo más que ochenta y cinco años: una civilización. La gran tarea de Ana Pastor es meter en vereda a cabestros y piafantes, bípedos y cuadrúpedos, para que del Congreso salgan leyes y no coces. En la política nacional, lo más urgente es el respeto a la Ley. Después, la alfabetización de adultos.