El amor de una madre puede con todo, y sobre todo el de Manolita, que es capaz de mover cielo y tierra por todos sus hijos. Catalina no está pasando por un buen momento y académicamente eso se está reflejando también. Siempre ha sido una estudiante ejemplar, pero el curso ha acabado y ha suspendido dos asignaturas. Las preocupaciones de Manolita van más allá de si su hija tiene que repetir curso o no, sino que le asusta que haya algo más que ella no sepa.
Además, la noticia de los dos suspensos llega acompañada de otra, y es que seguramente Catalina deba repetir curso por ello. Manolita no puede quedarse de brazos cruzados y tras hablar con la directora consigue algo nuevo que comunicarle a su hija.
¿Habrá conseguido hacerle cambiar de opinión?