Morgane es una mujer de 38 años, soltera y con tres hijos de dos padres diferentes. Su vida es caótica pero su mente es brillante.
Alvaro jamás se pudo imaginar que el turno de limpieza de aquella noche en la comisaría de Lille le cambiaría la vida. Ordenando unos papeles sobre la investigación de un asesinato, Morgane se daba cuenta de que algo no encajaba. En tan solo unos segundos, la limpiadora tachaba a la sospechosa señalándola como víctima.
La anotación hacía saltar las alarmas en Céline y en Adam, capitana y comandante de Lille, que no tardaron el llamar a Morgane a declarar para darles una explicación y no tener que acusarla por obstrucción de la justicia. El argumento de Morgane dejaba impactados a los policías.
Cuando todos creían que la hipótesis de Morgane fue fruto de la casualidad, llega una nueva prueba en la que la mujer demuestra quién es realmente Morgane Alvaro: una mujer de altas capacidades con un 160 de coeficiente intelectual.
A pesar de llevar una vida caótica y de su poca complicidad con Adam, Morgane ha reparado en cada pista y detalle del caso hasta llegar a recrearlo ¡a la perfección!
El éxito de la resolución del caso no alegra a Morgane, a quién solo le preocupa el bienestar de su familia. En concreto su hija Théa, quién hace unos días le reprochaba no ser tan inteligente como ella ni como su hermano. El padre de Théa, Romain, desapareció y es algo que lleva atormentando a la niña y a Alvaro toda la vida.
Pese a detestar a la policía, Morgane ya sabe cómo encontrar al padre de su hija mayor: aceptando la propuesta de Céline de entrar en la brigada como asesora.
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