Desde el reencuentro con Naci cara a cara, Safiye ha experimentado un brusco cambio de personalidad: ahora mucho más atenta y aparentemente tolerante con su familia.
Quiere complacerles de a mejor manera y lo hace a través de sus recetas caseras, algo que sorprende mucho a sus hermanos.
Pero tan solo es una manera de evadirse y no pensar en Naci mientras se distrae en la cocina. Durante la comida, Safiye empieza a sacar trapos sucios de su Hikmet y del poco cariño y atención que ofreció a su esposa.
Safiye da a Neriman una lección sobre el amor y le proyecta la imagen difusa que tiene de los hombres: “No confíes en ninguno”.