El regreso de Piril a Estambul está siendo mucho más complicado e incómodo de lo que esperaba por culpa de Julide. La madre de Sarp sabe demasiado y no duda en sacarle rentabilidad a cada uno de los secretos.
De momento, Julide ha conseguido unos pendientes de Piril. Pero ahora busca algo incluso mayor: quiere un piso. La tensión es máxima pero sólo una puede ganar esta encarnizada batalla. Y Piril está dispuesta a mantener el pulso.