En primera línea | No sin los míos
El confinamiento ha dejado algo bueno en muchos barrios: ahora les ponemos cara a todas las ventanas y a los balcones. Y esa nueva amistad es lo que se celebra tras el confinamiento.
«Qué bonito es saber que siempre estás ahí», dice una canción de Manuel Carrasco. Se la ha querido dedicar una vecina a otra: «Por la amistad que nos ha unido y que esperemos que perdure».
Es la magia de los balcones: ha puesto cara a personas que estaban al otro lado del rellano o en el balcón de enfrente, y a las que apenas se las conocía. Cara y sentimientos.
Los aplausos han estado durante semanas acompañados de conversaciones, de disfraces, de humor… Todo como vía de escape ante una etapa tan dura. Y ha llegado al fin el día de que toda esa alegría contenida pueda compartirse en la calle.
Guardando las distancias de seguridad, es el momento de dar el paso que consolide estas nuevas amistades. Casi familias ahora.
