El 25 de noviembre de 2005 iniciaba su retransmisión en pruebas laSexta. Solo 18 días antes, había comenzado a emitir Cuatro, el canal que automáticamente iba a convertirse en su principal enemigo. La guerra entre cadenas fue un fuego abierto durante muchísimos años, en los que se cruzaron demandas, querellas y grandes pullazos entre los principales implicados: Juan Luis Cebrián, presidente del grupo PRISA; propietario por aquel entonces de Cuatro y Canal+, y José Miguel Contreras, Consejero Delejado de laSexta. Sin embargo, aunque la competencia sigue, las aguas parecían haberse calmado… Hasta ahora, ya que ‘Informe TEM: las cloacas del periodismo‘ ha decidido reabrir la veda con un reportaje sobre «El origen de laSexta» y la leyenda urbana que lo rodea.
Cartel promocional de ‘Informe TEM: El origen de laSexta’
La noticia es vino nuevo en odres viejos. Ya en su momento, El País (recordemos que también del grupo PRISA) publicó un artículo sin firmar en el que apuntaba a que laSexta nació bajo el amparo de Zapatero, que, supuestamente, estaba interesado en tener un medio de comunicación afín a él, ya que el grupo PRISA con quien tenía la simpatía era con Felipe González.
Así pues, cuenta la leyenda, que Zapatero mandó construir en Moncloa una pista de baloncesto, en la que irían a jugar Miguel Barroso (Secretario de Estado de Comunicación) José Miguel Contreras (Globomedia), Jauma Roures (Mediapro) y Antonio García Ferreras (Director de laSexta). Globomedia, junto a Mediapro, El Terrat y Bainet son las que obtiene en 2005 la licencia para construir la cuarta televisión privada en España, esa es laSexta y de ahí nace el supuesto trato de favor y el tráfico de influencias.
La guerra sobre el campo
Desde la otra parte siempre se ha negado que esto fuera así. Por ejemplo, Ferreras siempre aludía a que él tiene una lesión que le impide jugar al baloncesto, por lo que sería imposible que estuviera allí. Pero la leyenda está ahí y, aunque estaba olvidada, ahora vuelve sobre la palestra a través, precisamente, de Cuatro. Esperamos no volver a los tiempos de peleas sobre el campo… Campo literal, ya que Pedro Paniagua, participante en el documental, cuenta a modo de anécdota que los periodistas que iban a cubrir el fútbol de un bando y de otro tenían que asegurar sus cámaras con candados para que el rival no las moviese de sitio.
