El esfuerzo cuenta está claro, pero queremos resultados, por eso aquí te recomendamos una serie de combinaciones perfectas para que la cena o el picoteo que prepares sea un éxito.
Un seguro es siempre un buen jamón de bellota, comprar un par de sobres te asegura gran parte del éxito (si no todo), ya tienes que cagarla mucho para que el jamón no lo arregle. Combinado con un cava fino y de calidad como el Reserva Real de Freixenet, utilizado en varias ocasiones para las grandes recepciones de los reyes, la noche está hecha.
El jamón se puede combinar también con vinos suaves, mejor si son afrutados y ligeros en boca. Un buen ejemplo es el Museum Reserva, elaborado en Cigales, Valladolid, cuna de los tintos frutales hechos para gustar. Museum Reserva es un paso más, les aporta elegancia y contundencia a los agradables aromas del Tempranillo de la zona.
Para los más atrevidos, tenemos una combinación que nos encanta, puede parecer una locura, pero funciona a la perfección. Un aperitivo o picoteo a base del Albariño Terras Gauda de las Rías Baixas y una Torta del Casar abierta y con sus picos de pan para mojar. La potencia de la Torta del Casar contrasta con la suavidad y ligera acidez de Terras Gauda, y el resultado es una deliciosa lucha de sabores y aromas.
Estas combinaciones admiten una infinidad de variantes, en lugar de jamón se puede utilizar un buen lomo Ibérico, en lugar de la Torta del Casar, un queso Manchego o un queso más suave de Cabra. En cuanto a los vinos, si preferimos un tinto más clásico en lugar de un Cigales, siempre podemos recurrir al Ramón Bilbao Edición Limitada, o un Ribera del Duero como Pradorey Finca Valdelayegua, un crianza excepcional que nunca falla.
Lo importante es adaptarse a sus gustos y sorprender por nuestro interés en que todo salga a la perfección. Son las pequeñas cosas las que demuestran que la otra persona nos importa.
