Durante las excavaciones de la necrópolis Kiz-Aul, cerca de Kerch, Crimea, los arqueólogos encontraron el esqueleto de un niño con un cráneo alargado.
En el momento de su muerte, el niño perteneciente al antiguo pueblo sármata tenía poco más de un año y había sido sometido a la ancestral práctica de la deformación craneal, según concluyen los arqueólogos rusos, quienes además han otorgado a los restos una antigüedad cercana a los 2.000 años.
«Este tipo de tratamiento de niños pequeños se llevaba a cabo para demostrar su condición social, ya que supuestamente conducía a una mayor agresividad. Así, el infante estaba destinado a convertirse en un guerrero protector del reino del Bósforo», explican los investigadores.
Para algunos, este tipo de cráneo es una prueba irrefutable de las visitas de los extraterrestres a la Tierra, pues la deformación craneal habría nacido como una forma de imitar el aspecto de los «dioses» que, de acuerdo a la hipótesis del antiguo astronauta, gobernaron a los hombres en el remoto pasado. Por lo tanto, este hallazgo en Crimea fue rotulado con el irónico nombre de «tumba del extraterrestre».
Fuente: SputnikMundo.