Aquella manida (e injusta) idea de que la mujer pertenece al «sexo débil» ha calado tanto que pocos la han puesto en duda.
Poco hay que rebatir cuando se trata de un prejuicio porque precisamente, no tiene sustento y obedece más a nuestra cultura machista que a la realidad.
Pero ahora sí que hay verdaderas razones para pensar no solo que las mujeres no son el sexo débil sino que, en todo caso, lo son ellos.
¿Por qué? Los responden investigadores de la Universidad de Granada que han elaborado un estudio en colaboración con el Hospital Clínico San Cecilio de Granada.
Según este informe, las niñas recién nacidas presentan una mayor defensa antioxidante y un menor daño oxidativo en las membranas celulares que los niños, además de unas mayores actividades enzimáticas antioxidantes. En resumen: responden mejor al estrés que ellos.
Pero esta mayor «tolerancia» femenina se aprecia también en las madres que dan a luz niñas y no niños. Es decir, las madres que tienen hijas presentan una mayor defensa antioxidante de su organismo y menos daño a las principales biomoléculas, en comparación con las madres que dan a luz a niños, además de un menor proceso inflamatorio durante el parto.
Esperanza de vida
Pero este estudio no es el primero que afirma que ellas no pertenecen al «sexo débil». Hay otros muchos motivos para pensar lo contrario.
Por ejemplo, según las últimas estadísticas mundiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esperanza de vida, nuestro país, con un promedio de 82,8 años de esperanza de vida, es el cuarto país del mundo, empatado con Australia, por detrás de Japón, Suiza y Singapur donde la población vive más tiempo.
Pero si indagamos más dentro de nuestra propia población, ellos viven viven un promedio de 80,1 años, mientras que las mujeres viven 85,5 años. Por si esto fuera poco, las mujeres españolas son de las que viven más años a nivel mundial, por detrás de las japonesas, que viven 86,8 años y las de Singapur, 86,1.
A nivel mundial, vuelven a ganar ellas: Las mujeres japonesas son las más longevas y superan a los suizos con una esperanza de vida de 81,3 años de media.
Si la esperanza de vida no es suficiente para pensar que las mujere son «más fuertes», otros informes vienen a corroborar esta idea. Por ejemplo, según las últimas encuestas nacionales de salud de nuestro país elaboradas por el Ministerio de Sanidad vuelven a arrojar datos favorables para ellas. La proporción de personas obesas era en 2012, (últimos datos disponibles) del 63,2% para los hombres, y del 44,2% para las mujeres (ellos sin entrar a considerar que, en conjunto, somos más obesos).
Donde no se aprecia diferencias es en cuanto a la resistencia al dolor. Un estudio de la Universidad de Málaga, cuyo objetivo ha sido analizar las diferencias entre hombres y mujeres en relación a su experiencia con el dolor, señala que no es una cuestión de tolerancia, sino de resiliencia (capacidad de adaptación de un ser vivo frente a situaciones adversas).
Sin embargo, otro trabajo de 2013 de la Universidad de Stanford, señalaba que las mujeres perciben un dolor más intenso que los hombres en prácticamente todas las enfermedades.
