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Estudio revela sofisticados filtros de agua en la antigua ciudad de Tikal

Arqueólogos de la Universidad de Cincinnati afirman que este tipo de sofisticación ayudó a la prosperidad de la civilización maya.

El agua es esencial para la supervivencia humana. Pero también puede ser peligrosa; si estás contaminada puede esparcir enfermedades con el potencial de erradicar comunidades enteras. Tener un suministro de agua segura y limpia le ofrece a la humanidad las mejores chances de prosperar.

Varias civilizaciones antiguas, incluyendo los griegos, egipcios y romanos, filtraban su agua. Ahora, los arqueólogos han descubierto que los mayas en Mesoamérica también hacían esto —y que su sistema de filtración además era increíblemente efectivo—.

En un embalse de lo que alguna vez fue la gran ciudad maya de Tikal, en la selva de Guatemala, los arqueólogos han hallado zeolita y cuarzo, dos minerales que no pertenecen al área y que son utilizados en la remoción de contaminantes —como microbios, metales pesados y compuestos de nitrógeno— del agua.

La zeolita, en particular, es interesante. Es un compuesto natural de silicona y aluminio, enlazado vía átomos de oxígeno compartidos en forma de estructura cristalina abierta. Tiene una excelente absorción y propiedades de intercambio de iones, lo que le otorga una gran efectividad para la filtración del agua.

«Los mayas crearon este sistema de filtración de agua casi dos mil años antes de que se usaran sistemas similares en Europa, lo que lo convierte en uno de los sistemas de tratamiento de agua más antiguos de su tipo en el mundo», precisó Tankersley. «Y lo más interesante es que este sistema todavía sería efectivo hoy».

El hallazgo

El descubrimiento fue hecho en el embalse Corriental, otrora una importante fuente de agua potable para los residentes de Tikal, y uno de los reservorios acuíferos más grandes de esta civilización por cientos de años.

Mezclado entre el sedimento del fondo del embalse, el equipo de la Universidad de Cincinnati (UC) halló lo que buscaba: zeolita y cuarzo en arena gruesa.

Los científicos explican que no hay manera que estos minerales estuvieran allí cuando el embalse fue cavado. De hecho, creen que la zeolita fue extraída de un sitio ubicado a unos 30 kilómetros al noreste de Tikal. Allí, las rocas volcánicas forman un acuífero conocido por producir agua excepcionalmente limpia.

Los investigadores preparando el equipo para tomar muestras de sedimentos. Crédito: Liwy Grazioso Sierra.

El profesor de geografía y coautor de la UC, Nicholas Dunning, que ha estudiado civilizaciones antiguas la mayor parte de su carrera, encontró una fuente probable de cuarzo y zeolita hace unos 10 años mientras realizaba un trabajo de campo en Guatemala.

«Era una toba volcánica expuesta y erosionada de granos de cuarzo y zeolita. Exudaba agua a buen ritmo», señaló el académico, quien agregó: «los trabajadores rellenaron sus botellas de agua con él. Era famoso localmente por lo limpia y dulce que era el agua».

Dunning tomó muestras del material. Luego, los investigadores de la UC determinaron que el cuarzo y la zeolita coincidían estrechamente con los minerales encontrados en Tikal.

«Probablemente fue a través de una observación empírica muy inteligente que los antiguos mayas vieron que este material en particular estaba asociado con agua limpia y se esforzaron por llevarlo de regreso», dijo Dunning.

El avanzado sistema

Es imposible saber exactamente cómo funcionaba el sistema de filtración, pero con la evidencia recogida, el equipo piensa tener una buena idea.

«El sistema de filtración era probablemente mantenido con muros de piedra. La zeolita y los cristales de cuarzo en la arena estaban confinados con un tejido de petate (una alfombra de fibras de palma o juncos) u otros materiales porosos perecederos posicionados a contracorriente o justo antes del acceso al reservorio, los cuales eran periódicamente expulsados hacia esta durante las inundaciones causadas por los ciclones tropicales», escriben los investigadores.

Y parece haber funcionado. Depósitos de mercurio, probablemente producto de la contaminación del cinabrio, han sido hallados antes en otros depósitos de Tikal. Sin embargo, ni una sola traza de este elemento fue detectada en Corriental.

«Los antiguos mayas vivían en un ambiente tropical y tenían que ser innovadores. Esta es una innovación notable. Mucha gente considera que los nativos americanos en el hemisferio occidental no tienen la misma ingeniería o fuerza tecnológica de lugares como Grecia, Roma, India o China. Pero cuando se trata de la gestión del agua, los mayas estaban milenios por delante», argumentó Tankersley.

Y agregó que la siguiente pregunta que le gustaría responder es qué tan generalizados podrían haber estado estos sistemas de filtración en la antigua civilización maya. El equipo de UC también está estudiando cómo los antiguos mayas evitaron que la erosión dañara sus preciados reservorios.

La investigación ha sido publicada en Scientific Reports.

Fuente: UC/ScienceAlert. Edición: PL/MP.