Inicio Cosas que pasan Hallan esqueleto decapitado de un «monstruo» extinto hace más de dos siglos

Hallan esqueleto decapitado de un «monstruo» extinto hace más de dos siglos

Un grupo de funcionarios locales descubrió la semana pasada un esqueleto sin cabeza de una vaca marina de Steller de 6 metros de largo en las islas del Comandante, al lado de la península de Kamchatka, Rusia, reporta Live Science.

Las vacas marinas de Steller fueron una de las últimas especies de la megafauna del Pleistoceno.

Las vacas marinas de Steller fueron una de las últimas especies de la megafauna del Pleistoceno.

En un primer momento, los empleados de la reserva natural pensaron que habían avistado una especie de valla, pero pronto se dieron cuenta de que habían hecho un notable descubrimiento: encontraron 45 vértebras, 27 costillas, una escápula izquierda y otros huesos de esta antigua criatura.

Fue la inspectora de reservas naturales María Shitova quien halló en primer lugar las protuberantes costillas que, según informó, serán expuestas en las islas próximamente.

Este mamífero sirénido, pariente de los manatíes y dugongos actuales, llegaba a medir 10 metros de largo.

Este mamífero sirénido, pariente de los manatíes y dugongos actuales, llegaba a medir 10 metros de largo.

Tras excavar 70 centímetros durante 8 horas se descubrió el esqueleto sin cabeza de la vaca marina de Steller, un mamífero endémico de esta región que se extinguió en el siglo XVIII. La criatura fue una presa codiciada por los marineros, que la cazaron en gran número hasta su extinción en 1768.

«De acuerdo con los registros históricos, en el siglo XVIII la especie había disminuido a poblaciones remanentes solo alrededor de Bering y de la isla Medni, Rusia», aseguraron años atrás investigadores de la Universidad George Mason, en el diario científico Biology Letters.

Reconstrucción de la caza de una vaca marina de Steller. Ilustración de Carl Buell.

Reconstrucción de la caza de una vaca marina de Steller. Ilustración de Carl Buell.

La especie recibió su nombre del explorador alemán George Steller, quien documentó por primera vez su existencia durante un viaje en 1741. Ese descubrimiento produjo gran interés entre los cazadores, que mataron a más vacas marinas de las que podían comer, ya que estimaban que había un suministro interminable.