Inicio Cosas que pasan Insólitas trazas de ADN aparecen en «cuevas calientes» de la Antártida

Insólitas trazas de ADN aparecen en «cuevas calientes» de la Antártida

Animales y plantas pueden vivir en extensas cuevas calientes excavadas por el vapor alrededor del monte Erebus, un volcán activo en la Antártida.

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Ceridwen Fraser, de la Universidad Nacional Australiana, dijo que los análisis forenses de muestras de suelo de estas cuevas han revelado trazas intrigantes de ADN de algas, musgos y pequeños animales: «Puede hacer mucho calor dentro de las cuevas —hasta 25 grados centígrados en algunas cuevas—. Se podría llevar una camiseta y estar bastante cómodo. Hay luz cerca de las bocas de la cueva y filtros de luz más profundos en algunas cuevas donde el recubrimiento el hielo es delgado».

Fraser explicó que la mayor parte del ADN encontrado en las cuevas del Monte Erebus era similar al ADN de plantas y animales —incluyendo musgos, algas e invertebrados— que se hallan en otros lugares de la Antártida, pero no todas las secuencias podían ser identificadas completamente.

«Los resultados de este estudio nos dan un anticipo tentador de lo que podría vivir bajo el hielo en la Antártida, incluso podría haber nuevas especies de animales y plantas», añadió.

Por su parte, la profesora Laurie Connell, co-investigadora de la Universidad de Maine, cree que estas intrigantes trazas de ADN no demostraron de manera concluyente que las plantas y los animales estén viviendo en las cuevas. «Los próximos pasos serán echar un vistazo más de cerca a las cuevas y la búsqueda de los organismos vivos. Si existen, abre la puerta a un nuevo mundo emocionante», dijo.

Otro co-investigador, Craig Cary, de la Universidad de Waikato en Nueva Zelanda, recordó que pesquisas anteriores habían descubierto que diversas comunidades bacterianas y fúngicas vivían en las cuevas volcánicas de la Antártida.

Los investigadores señalan, además, que no se sabe a ciencia cierta cuántos sistemas de cuevas existen alrededor de los volcanes de la Antártida, o cómo de interconectados pueden estar estos ambientes subglaciales difíciles de identificar, alcanzar o explorar.

El estudio ha sido publicado en la revista internacional Polar Biology.