Inicio Cosas que pasan La alucinante idea para hacer el Sahara verde de nuevo

La alucinante idea para hacer el Sahara verde de nuevo

Siempre soleados y expuestos a infinitas rachas de viento, los nueve millones de kilómetros de arena y roca que monopolizan la franja norte del continente africano podrían suponer una mina para la energía solar y eólica. ¿Qué pasaría si convirtiéramos al Sahara en un brutal campo de paneles solares y molinos de viento? Una nueva investigación publicada en Science tiene la respuesta.

«Descubrimos que la instalación a gran escala de parques eólicos y solares puede traer más precipitaciones y promover el crecimiento de la vegetación en estas regiones», dice la  científica atmosférica y coautora del estudio Eugenia Kalnay de la Universidad de Maryland. «El aumento de la lluvia es una consecuencia de las complejas interacciones tierra-atmósfera que ocurren porque los paneles solares y las turbinas de viento crean superficies de tierra más ásperas y más oscuras».

Los científicos ya sabían que las granjas eólicas y solares producían efectos localizados sobre el calor y la humedad en las regiones en las que están instaladas, pero nadie sabía exactamente cómo se desarrollarían estos efectos si construyeses un enorme complejo de energía renovable en el desierto del Sahara.

Vista aérea del desierto del Sahara en Libia.

Vista aérea del desierto del Sahara en Libia.

Esta parte del planeta era ideal para probar la hipótesis porque el árido terreno tiene un gran suministro natural de energía solar y eólica, está escasamente poblado, y la inclemente sequedad hace que ninguna de las 10 naciones que lo contienen lo utilice para la agricultura. Esto sin contar que está estratégicamente localizado: relativamente cerca a Europa y al África Subsahariana.

Un resultado inesperado

Sin embargo, además de la energía para las necesidades de la civilización, las turbinas eólicas y paneles solares en el Sahara y el Sahel tendrían otro beneficio: el primer modelo de su tipo sugiere que el ambiente en sí mismo comenzará a transformarse con la introducción de la infraestructura.

«Los resultados de nuestro modelo muestran que las granjas solares y eólicas a gran escala en el Sahara duplicarían con creces la precipitación, y el aumento más sustancial se produce en el Sahel, donde la magnitud del aumento de las precipitaciones oscila entre ~ 200 y ~ 500 mm por año», dice el primer autor del estudio Yan Li. «Como resultado, la fracción de cobertura vegetal aumenta en un 20 %».

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Estos efectos surgen por dos razones. Primero, las turbinas de viento mejoran la mezcla vertical de calor en la atmósfera, empujando hacia arriba el aire, y aumentando la fricción de la superficie de la tierra, y en última instancia conduciendo a una mayor probabilidad de precipitación. «Este aumento en la precipitación, a su vez, conduce a un aumento en la cubierta vegetal, creando un ciclo de retroalimentación positivo», explica Li.

Al mismo tiempo, los paneles solares, que absorben los rayos del sol, reducen lo que se llama albedo superficial, la cantidad de reflectancia de la luz en la superficie, que también termina aumentando la precipitación.

Tampoco es tan sencillo

Sin embargo, esta hipotética infraestructura sería extremadamente difícil de construir. De acuerdo a los investigadores debería cubrir el 20 % del Sahara, lo que implica una superficie del tamaño de China o los Estados Unidos.

Por otro lado, aún en el escenario en el cual hacer una mega-granja de energía renovable es posible, el debate pasaría a si deberíamos hacer algo así. ¿Tenemos los humanos el derecho de cambiar uno de los parajes más hermosos de la Tierra? Algunos científicos parecen creer que sí.

Estos mapas muestran los cambios en el Sahara desde 1920. Las líneas punteadas marcan la frontera existente en 1920, mientras que las sólidas aquella de 2013. Las regiones marrones indican el avance del desierto, y las verdes el retroceso.

«El Sahara ha estado expandiéndose durante algunas décadas, y las granjas solares y eólicas podrían ayudar a detener la expansión de esta región árida», dice el investigador de calidad del aire Russ Dickerson de la Universidad de Maryland, que no participó en el estudio. «Para mí, este [es un escenario donde] se gana o se gana».

Esta no es la primera idea que explora un Sahara más verde. En abril de este año, la Unión Africana dio a conocer una iniciativa llamada «la Gran Muralla Verde», que busca evitar la expansión del Sahara hacia el Sahel, el límite entre el desierto y el África subsahariana.

Fuente: Live Science. Edición: N+1, ciencia que suma.