Agosto empieza con una brillante Luna en el cielo que nos presenta alineados a su lado al rey de los planetas, Júpiter, junto con el anillado Saturno. Un espectáculo sencillo de observar en lo más alto de la bóveda celeste.
Crédito: Mohamed Mohamed, desde Tripoli, Libia.
Tanto Júpiter como Saturno han alcanzado la oposición —cuando la Tierra pasa entre estos mundos y el Sol— a finales de julio. Por lo que ambos planetas brillarán más que nunca, destacándose incluso a pesar del resplandor de nuestro satélite natural en cuarto creciente, que opacará las estrellas del fondo del firmamento pero no a estos planetas.
Júpiter y Saturno han estado uno cerca del otro durante gran parte del 2020. Esto se debe a que se dirigen a una gran conjunción, su primera en 20 años, que tendrá lugar en diciembre próximo. Y aunque será un evento imperdible y digno de observar, tendrá a los protagonistas a solo 30 grados al este durante la puesta de sol al momento de su encuentro.
En cambio, este fin de semana los dos gigantes estarán altos en el cielo toda la noche, una posición privilegiada que irá decreciendo gradualmente en los meses siguientes. Por lo que la oportunidad para elevar la vista al cielo estos días y disfrutarlos a simple vista será inmejorable.
Dado que la Tierra rota sobre su eje de oeste a este, la Luna, Júpiter y Saturno viajaran a través del firmamento de este a oeste, tal como hace el Sol durante el día por la misma razón. En este momento, estos tres cuerpos celestes —la Luna, Júpiter y Saturno— llegan a su punto culmine alrededor de la medianoche y se ponen en el oeste antes del alba.
Desde luego, estos cuerpos no están cerca en el espacio como los vemos desde aquí la Tierra. La Luna, nuestra compañera de baile, está a 483.000 km. Júpiter reina a unas 16.000 veces la distancia de la Luna a la Tierra. Y Saturno, el mundo más lejano visible a ojo desnudo, se encuentra al doble de distancia de la que existe de Júpiter a la Tierra.
Fuente: EarthSky. Edición: MP.
