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Laser-Plasma: ¿Pudo esta nueva tecnología de la Marina de EE.UU. ser confundida con ovnis?

Recientemente, la Marina de los EE.UU. patentó una nueva tecnología relacionada con la investigación de láseres y plasma. La idea detrás de esta investigación es que las aeronaves militares tengan la capacidad de «suplantar» su ubicación durante el combate aéreo como protección contra los misiles buscadores de calor. Curiosamente, esta nueva tecnología puede tener la capacidad de aparecer como un ovni.

EE.UU. desarrolló el primer misil buscador de calor Sidewinder en la década de 1950, y la última versión del AIM-9X todavía se encuentra en servicio de primera línea en todo el mundo. Este tipo de sensor funciona tan bien porque los gases de escape calientes de los motores a reacción brillan como balizas en el infrarrojo, lo que los convierte en objetivos fáciles. Los pilotos bajo ataque pueden lanzar bengalas de señuelo para alejar un misil del avión de lanzamiento, pero solo brindan protección durante unos segundos. Más recientemente, se han lanzado contramedidas de infrarrojos láser que deslumbran al buscador de infrarrojos.

Un pulso de láser suficientemente intenso puede ionizarse y producir un estallido de plasma brillante. El programa de efectos de plasma inducidos por láser utiliza ráfagas de plasma individuales como granadas aturdidoras o cegadoras —una serie rápida de tales pulsos puede incluso modularse para transmitir un mensaje hablado—. En 2011, la empresa japonesa Burton Inc demostró un sistema rudimentario que creaba imágenes 3D en movimiento en el aire con una serie de puntos de plasma generados rápidamente.

Un enfoque más sofisticado utiliza un pulso láser intenso, ultracorto y autoenfocado para crear un filamento brillante o canal de plasma, un efecto descubierto en la década de 1990. Conocidos como filamentos de plasma inducidos por láser (LIPF), estos pueden crearse a cierta distancia del láser durante decenas o cientos de metros. Debido a que los LIPF conducen electricidad, se han investigado como un medio para activar rayos o crear una pistola de rayos.

Una de las cosas interesantes de los LIPF es que, con un ajuste adecuado, pueden emitir luz de cualquier longitud de onda —visible, infrarroja, ultravioleta o incluso ondas de terahercios—. Esta tecnología es la base del proyecto de la Marina, que utiliza LIPF para crear imágenes fantasma con emisiones infrarrojas para engañar a los misiles buscadores de calor.

La Marina se negó a discutir el proyecto, pero el trabajo se describe en una patente de 2018: «donde se monta una fuente de láser en la parte trasera del vehículo aéreo, y donde la fuente de láser está configurada para crear un plasma inducido por láser, y donde el plasma inducido por láser actúa como un señuelo para una amenaza entrante al vehículo aéreo».

La patente continúa explicando que el láser crea una serie de columnas de plasma en el aire, que forman una imagen 2D o 3D mediante un proceso de escaneo de trama, similar a la forma en que los televisores de rayos catódicos antiguos muestran una imagen.

Un solo señuelo reduce a la mitad las posibilidades de que un misil entrante elija el objetivo correcto, pero no hay razón para detenerse en uno: «Puede haber múltiples sistemas láser montados en la parte trasera del vehículo aéreo con cada sistema láser generando una ‘imagen fantasma’ tal que parecería haber múltiples vehículos aéreos presentes».

A diferencia de las bengalas, el señuelo LIPF se puede crear instantáneamente a cualquier distancia deseada de la aeronave y se puede mover a voluntad. Lo que es igualmente importante, se mueve con la aeronave, en lugar de alejarse rápidamente como una bengala, brindando protección durante el tiempo que sea necesario.

La aeronave que lleva el proyector láser también podría proyectar señuelos para cubrir otros objetivos: «Las aplicaciones potenciales de esta bengala/señuelo LIPF se pueden ampliar, como usar un helicóptero que despliega bengalas para proteger un acorazado, o usar este método para cubrir y proteger un escuadrón naval, una base militar o una ciudad entera».

El investigador principal de la patente es Alexandru Hening. Un artículo de 2017 en la propia revista TI de la Marina dice que «el Dr. Hening ha estado trabajando en plasma inducido por láser en el Centro de Sistemas de Guerra Espacial y Naval del Pacífico desde 2012».

«Si tiene un pulso muy corto, puede generar un filamento en el aire que puede propagarse por cientos de metros, y tal vez con la próxima generación de láseres podría producir un filamento de incluso una milla», dijo el Dr. Henning en la revista, indicando que debería ser posible crear «fantasmas» a distancias considerables.

Los aviones fantasmas que pueden moverse a alta velocidad y aparecer en las cámaras termográficas pueden sonar algunas campanas.

¿Qué tan fantasmales pueden ser los UAPs?

Tras la filtración de videos infrarrojos grabados por pilotos de combate en la costa del Pacífico durante sus encuentros con ovnis —llamados fenómenos aéreos no identificados por el Pentágono (nótese la omisión de la palabra «objeto»)— se armó un gran revuelo y debate en cuanto a la seguridad nacional y la posibilidad que naciones extranjeras —¡o alienígenas!— estén vulnerando el espacio aéreo restringido.

Los protagonistas de los videos parecen hacer movimientos repentinos imposibles para las aeronaves físicas, giran en el aire y se deslizan en modo «transmedio» a una velocidad fenomenal. Pero lejos de poder representar una tecnología de otro mundo, y considerando lo revelado en este artículo, todas las maniobras descritas por los pilotos serían fáciles de reproducir con una imagen fantasma proyectada.

Sin embargo, ¿por qué el Pentágono publicaría videos de sus propias armas secretas para mostrarlas al mundo? Es más, ¿por qué no le informaría a sus pilotos y personal a bordo de buques de guerra de que están siendo parte de un experimento? Si lo vemos por este lado, la explicación «LIPF» parece poco probable.

Pero otras naciones pueden tener su propia versión. A principios de la década de 1990, los rusos afirmaron que podían producir «plasmoides» brillantes a gran altura utilizando microondas de alta potencia o rayos láser —estos estaban destinados a interrumpir el vuelo de misiles balísticos, una respuesta a la planeada «Guerra de las Galaxias» estadounidense—. Y si bien no salió nada del proyecto, existe la posibilidad de que la tecnología haya sido refinada para otras aplicaciones en las décadas siguientes.

Rompiendo una lanza por los pilotos

Pero no todo lo que es láser plasma brilla. La nobleza obliga a reconocer que este tipo de tecnología militar podría quedarse corta —tal vez muy corta— a la hora de intentar explicar lo reportado por los pilotos de la Marina

Por ejemplo, entre las cosas que parecen descalificar a las imágenes de filamentos de plasma como fuente de «ovnis» podría contarse a los sistemas de radar de los cazas de ataque Super Hornet. Durante el famoso incidente Nimitz, el avión de mando y control aerotransportado E-2C Hawkeye y el crucero de misiles guiados USS Princeton detectaron estos objetos. El plasma, a menos que esté asociado con un objeto físico, generalmente no es detectable por radar. Además, los pilotos informan haber visto objetos sólidos, no «imágenes fantasma» formadas por haces de luz.

Crédito: David C. Beaty.

Otra razón por la que la teoría LIPF es poco probable es que los rayos láser se degradan con la distancia. Esto requeriría que un barco o avión genere una imagen para volar relativamente cerca de la ilusión de una manera muy notable. Ninguno de los pilotos informó haber visto ningún otro avión en las cercanías, y en 2004 el USS Princeton detectó uno de los objetos extraños a 80.000 pies, mucho más alto de lo que incluso vuela el avión espía U-2.

También es imposible que estas ilusiones fantasmales sean capaces de interferir o bloquear los radares de los pilotos que osaron perseguirlos y filmarlos, tal como reportó el comandante Chad Underwood, el piloto responsable por filmar en video el célebre ovni Tic Tac.

Ciertamente la tecnología detrás de la patente de 2018 es una forma innovadora de defender los aviones de los misiles entrantes. Como explicación de los avistamientos de ovnis observados por la Marina en los últimos 16 años, vale la pena repetir, se queda corta.

Después de todo, los encuentros aéreos entre aviones y ovnis han venido sucediéndose desde hace muchas décadas, cuando la tecnología aludida aquí ni siquiera estaba en los papeles de nadie.

Fuente: Forbes/PM. Edición: MP.