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Militares de EE.UU. financian casco que permitirá a sus soldados tener telepatía

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) está financiando un proyecto para crear un casco que permitirá a los soldados del futuro comunicarse entre ellos telepáticamente, además de controlar drones y robots con el pensamiento. 

El proyecto se llama MOANA (Magnetic, Optical and Acoustic Neural Access) y está siendo desarrollado por la Universidad Rice ubicada en Houston, Texas, que ha recibido unos 18 millones de dólares por parte de DARPA a finales del mes pasado.

En sus inicios, el proyecto intentará lograr leer la visión de una persona y transferirla al cerebro de alguien con ceguera. El casco que lo hará posible funcionará utilizando luz y campos magnéticos que interactúan con neuronas especialmente reprogramadas en el cerebro del portador.

Esta investigación es parte del programa N3 (Next-Generation Nonsurgical Neurotechnology) de DARPA, el cual está financiando cinco proyectos similares que apuntan a crear interfaces de ida y vuelta que puedan transmitir datos entre el cerebro humano y las máquinas.

«Estas interfaces vestibles podrían tener diversas aplicaciones para la seguridad nacional», dijo un vocero de la agencia estadounidense. «Por ejemplo, controlar sistemas de defensa cibernéticos y vehículos aéreos no tripulados, o bien hacer equipo con computadoras durante misiones complejas».

Con el casco los soldados podrán controlar drones y otros aparatos con la mente.

«DARPA se está preparando para el futuro, cuando una combinación de sistemas no tripulados, inteligencia artificial y operaciones cibernéticas podrían causar conflictos en lapsos de tiempo que son demasiado breves como para que los humanos podamos responder efectivamente solo con la actual tecnología», señaló Al Emondi, gerente del programa N3.

La velocidad es la clave

El proyecto MOANA aborda la utilización de terapias genéticas para permitir que el casco se conecte remotamente con el cerebro humano.

«En cuatro años esperamos demostrar una comunicación directa entre cerebro y cerebro, a la velocidad del pensamiento y sin necesidad de cirugía», explicó Jacob Robinson, ingeniero e investigador principal de la Universidad de Rice. «La velocidad es la clave; tenemos que decodificar actividad neuronal en la corteza visual de una persona y recrearla en la mente de otra en menos de una vigésima de segundo».

«La tecnología para hacer eso, sin cirugía, no existe. Nuestra función será crearla», añadió.

Reprogramación de neuronas

Antes de ponerse el casco, sus portadores deberán someterse a un proceso que consiste en la reprogramación de neuronas específicas en 16 áreas objetivo de sus cerebros, de tal manera que cuando se activan estas neuronas produzcan proteínas especiales que absorban la luz.

Esta modificación biológica permitirá que la actividad cerebral de quien porte el casco sea leída, gracias a longitudes de onda de luz emitidas por el casco y capaces de alcanzar el cráneo humano.

«La mayoría de la luz se dispersa por la cabellera y el cráneo, pero una pequeña fracción llega dentro del cerebro», detalla Ashok Veeraraghavan, ingeniero eléctrico y de computación de la Universidad de Rice. «Esta pequeña fracción de fotones contiene información que es fundamental para decodificar la percepción visual. Nuestra meta es capturar e interpretar dicha información a medida que pasa dos veces por la cabeza —primero en su camino a la corteza visual y luego en su vuelta cuando es reflejada al detector ultrasensitivo en el casco—».

El casco usará estos datos para crear una imagen tridimensional en el cerebro del portador, donde las neuronas reprogramadas se mostrarán más oscuras en los escaneos al estar activas, gracias a la manera en que absorben la luz.

¿Cuándo estará lista esta tecnología?

No obstante, el desarrollo de MOANA tomará un tiempo. De acuerdo al profesor Robinson, tomará al menos tres años de investigación, primero con células cultivadas y luego con animales, antes que la técnica de reprogramación sea probada en humanos.

Las aplicaciones comerciales recién estarían disponibles en una década o dos.

Lo que sí es seguro, es que esta tecnología tarde o temprano se aplicará en personas para restaurarles la visión perdida. De hecho, el equipo de MOANA está coordinando sus esfuerzos con investigadores del Baylor College of Medicine en Houston, Texas, quienes están llevando a cabo ensayos clínicos con prótesis que estimulan la corteza visual.

Fuente: Daily Mail.