Inicio Cosas que pasan «Moonception»: las lunas también pueden tener lunas, afirma nuevo estudio

«Moonception»: las lunas también pueden tener lunas, afirma nuevo estudio

Las lunas, satélites que giran alrededor de objetos más grandes son fascinantes. Hace poco descubrimos un objeto que parece ser la primera exoluna, es decir la primera luna orbitando un planeta fuera de nuestro sistema solar. Ahora, una investigación publicada en arXiv, afirma que podrían existir «sub-lunas» o lunas orbitando otras lunas.

Aunque parece un trabalenguas, el concepto tiene algo de sentido, todos giran y giran: las estrellas están orbitadas por planetas, y estos a su vez están orbitados por lunas. De darse las condiciones adecuadas, un objeto más pequeño podría sin problemas orbitar una de esas lunas.

A esa conclusión llegaron Juna Kollmeier en los Observatorios Carnegie en Pasadena, California, y Sean Raymond en la Universidad de Burdeos, Francia. Ambos investigadores calcularon si una luna que orbita un planeta podría tener una luna propia.

Una sub-luna debe estar en un lugar perfecto

Ellos encontraron que un objeto de este tipo —el cual aún no cuenta con un nombre oficial— tendría que estar lo suficientemente cerca de su luna anfitriona para permanecer unida gravitacionalmente al satélite en vez de al planeta más grande, pero no tan cerca como para que la luna lo rompiese o sacara de su órbita.

Además, Kollmeier y Raymond calcularon que hay cuatro lunas en nuestro sistema solar que, en teoría, podrían tener «sub-lunas» o «luna-lunar»: la Luna de la Tierra, la luna de Júpiter, Calisto, y las lunas de Saturno, Titán y Jápeto. Todas estas lunas son relativamente grandes y están lejos de sus planetas, por lo que hay una pequeña área en órbita alrededor de cada una de ellas donde la gravedad del planeta no puede robar uno de estos pequeños objetos.

«¿Las lunas pueden tener lunas, papi?» El estudio tuvo como desencadenante la pregunta del hijo de 4 años de uno de los investigadores.

Sin embargo incluso si estas lunas son capaces de albergar una sub-luna, sería extremadamente difícil colocarlas en el lugar correcto, dice Raymond. «Algo tiene que impulsar una roca en órbita a la velocidad correcta para que entre en órbita alrededor de una luna, y no en el planeta o la estrella», dice.

Por otro lado, si esa luna se movió en el transcurso de su evolución, como lo ha hecho la nuestra, es poco probable que la sub-luna permanezca. Esa puede ser parte de la razón por la que no parece haber sub-lunas en nuestro sistema solar.

Fuente: N+1, ciencia que suma.