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Niños en Nueva Zelanda descubrieron un fósil de pingüino gigante con patas largas

¿Qué es blanco y negro y del tamaño de un niño de 10 años? Un pingüino gigante extinto que vivió entre 27 y 35 millones de años atrás en lo que hoy es Nueva Zelanda.

El pingüino gigante, Kairuku waewaeroa. Crédito: Simone Giovanardi.

El enorme pájaro buceador medía alrededor de 4,5 pies (1,4 metros) de altura y tenía patas y pico inusualmente largos para un pingüino, según los científicos que lo describieron recientemente como una especie recién descubierta.

Sus restos fueron encontrados en 2006 por estudiantes de caza de fósiles del Hamilton Junior Naturalist Club (JUNATS), un club de historia natural en Hamilton, Nueva Zelanda, para niños de 10 a 18 años.

Un grupo de miembros del club, dirigido por el experto en fósiles de JUNATS Chris Templer, se topó con los huesos del gigante extinto en una pequeña península en el puerto de Kawhia durante una excursión. El fósil es el esqueleto de pingüino gigante más completo jamás descubierto, y la longitud de sus extremidades traseras inspiró a los investigadores a nombrarlo Kairuku waewaeroa: waewae significa ‘patas’ y roa significa ‘largo’ en el idioma maorí (es decir, zanquilargo).

El fósil del pingüino gigante. Crédito: Waikato Museum.

Hoy en día, la especie de pingüino viviente más grande es el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), que puede medir hasta 4 pies (1,2 m) de altura y pesar hasta 99 libras (45 kilogramos). Sin embargo, los pingüinos gigantes que eran aún más grandes fueron comunes durante el período Paleógeno (hace entre 66 millones y 23 millones de años) en Zelandia —un continente hundido que incluye Nueva Zelanda como su punto más alto y que ahora está mayormente bajo el agua—.

Los pingüinos gigantes que vivieron hace millones de años también eran más delgados que los corpulentos pingüinos emperador, informaron los investigadores.

Cuando los jóvenes naturalistas de JUNATS vieron el fósil, sobresalía de un bloque de arenisca que había sido descubierto por la marea, y al principio lo confundieron con una hélice oxidada. Pero Templer y otro líder del grupo, Tony Lorimer, rápidamente se dieron cuenta de que habían encontrado algo excepcional, según el Museo Waikato de Hamilton.

«Dije “Oh, Dios mío” y casi me caí en el arrecife», contó Templer a AFP. «Estábamos buscando fósiles de erizos de mar y lo que hallamos fue un pingüino prehistórico, ¡qué bonus!».

Pero el fósil estaba en peligro de ser dañado por la erosión del océano. Su ubicación «estaba en el perímetro de una reserva escénica», pero también en un lugar al que solo se podía acceder entre mareas altas y bajas, por lo que los funcionarios permitieron que el club excavara el fósil. Preparó el hallazgo en su casa, y permaneció en el Museo Te Kauri Lodge de JUNATS hasta 2017, cuando el club donó el esqueleto al Museo de Waikato, según un comunicado.

Allí, los científicos midieron y escanearon el esqueleto, reconstruyéndolo como un modelo 3D. Los investigadores compararon los huesos del pingüino con los de otros pingüinos gigantes del Paleógeno, y sus mediciones mostraron que K. waewaeroa habría superado a otras especies del género Kairuku, dijo el coautor del estudio Daniel Thomas, profesor titular de zoología de la Escuela de Ciencias Naturales y Computacionales de la Universidad Massey de Auckland.

(A) Un dibujo lineal del espécimen Kairuku waewaeroa. (B) Una foto del espécimen con la mayoría de los huesos en vista ventral. (C) Comparación de tamaño y esqueleto de Kairuku waewaeroa y el pingüino emperador (A. forsteri). Crédito: Journal of Vertebrate Paleontology.

Las patas más largas también pueden haber jugado un papel en el rendimiento de K. waewaeroa en el agua, ayudándoloa nadar más rápido o sumergirse más profundo, dijo Thomas en el comunicado.

K. waewaeroa fue ciertamente un gigante entre los pingüinos, pero la especie es emblemática para los neozelandeses por otras razones también.

«El pingüino fósil nos recuerda que compartimos Zelandia con linajes de animales increíbles que llegan hasta lo más profundo del tiempo, y este intercambio nos da un papel importante de tutela», explicó Thomas. «La forma en que se halló el pingüino fósil —por parte de los niños que descubrieron la naturaleza— nos recuerda la importancia de alentar a las generaciones futuras a convertirse en kaitiaki [guardianes]».

Más detalles han sido publicados en la edición del 16 de septiembre de la revista Journal of Vertebrate Paleontology.

Fuente: Live Science. Edición: MP.