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Prueban en la Antártida el robot submarino que explorará la luna Europa

Científicos de la NASA en la Antártida han puesto a prueba un nuevo rover submarino que creen podría ayudarles a buscar vida en Europa, la luna de Júpiter parcialmente congelada.

Llamado BRUIE (Buoyant Rover for Under-Ice Exploration), el dispositivo fue sumergido bajo la superficie de la estación australiana Casey. Su capacidad para flotar en el agua bajo el hielo, lo mantuvo firmemente en posición, ahorrando energía en cada movimiento. Además, también está equipado con un sistema que le permite preservar su energía al apagarse mientras recolecta muestras o flota estacionario.

Los especialistas de la agencia espacial estadounidense apuntan a utilizar esta tecnología para buscar en regiones de la luna Europa descritas como «punto de contacto», o áreas donde el hielo y el líquido se encuentran.

«Las capas de hielo cubren estos distantes océanos, sirviendo como una ventana hacia las profundidades, y la química del hielo podría mantener a la vida acuática bajo él», dijo Kevin Hand en un comunicado de la NASA. «Aquí en la Tierra, el hielo que cubre los océanos polares tiene una función similar, y nuestro equipo está particularmente interesado en lo que pasa en estas regiones».

Sin embargo, existe una diferencia entre mundos. Las capas de hielo de Europa tienen en promedio entre 10 y 20 kilómetros de espesor, mientras aquellas en la Antártida apenas alcanzan los 5 metros en su punto más grueso. Para atravesar semejante barrera de hielo y abrirle paso a BRUIE, la misión en Europa dependerá de otro robot: «túnel bot», un dispositivo que tiene propulsión nuclear y estará equipado para perforar la densa capa de hielo.

Los investigadores dicen que la meta a largo término de BRUIE, tras llegar al océano subsuperficial, es ser capaz de operar independientemente durante la mayor cantidad de meses posible antes de apagarse. El diseño actual del rover incluye dos cámaras y sondas para medir la temperatura, salinidad y niveles de oxígeno del agua.

Y a pesar que estas mediciones son fundamentales para el surgimiento de la vida en la Tierra, la NASA está consciente de la necesidad de alterar estas herramientas para considerar el hecho que la vida en otros mundos se haya desarrollado dependiendo de otras condiciones.

La próxima misión a Júpiter está planeada para el año 2025, cuando Europa Clipper sea lanzada con el objetivo de tomar varias lecturas e imágenes del gigante y sus lunas.

Fuente: NASA/Daily Mail.