Inicio Cosas que pasan Revelan cómo era el cráneo de la «serpiente bíblica» Najash

Revelan cómo era el cráneo de la «serpiente bíblica» Najash

Investigadores descubrieron fósiles del rostro de esta serpiente de 90 millones de años en el yacimiento La Buitrera, al noroeste de Río Negro (Argentina). Desde 2006, se conocía solo su cuerpo y que tenía cuatro patas, al igual que la bestia de la Biblia que fue condenada por Dios a arrastrarse tras engañar a la primera pareja según la tradición hebrea.

Ilustración de Najash rionegrina realizada por Raúl Gómez.

Najash rionegrina es una antigua serpiente de menos de dos metros de largo, la cual tenía patas bien desarrolladas que le habrían sido útiles para moverse o, tal vez, para anclarse contra la tierra al atacar. El nuevo hallazgo de su rostro ilumina aspectos desconocidos de la evolución del cráneo de las serpientes.

El doctor Sebastaían Apesteguía, investigador de la Fundación Félix Azara (Universidad Maimónides) y del CONICET, comentó a la Agencia CTyS-UNLaM que los primeros fósiles de Najash fueron encontrados en 2001, pero nunca se había encontrado el cráneo.

Región del sacro de material tipo de Najash rionegrina, mostrando del lado derecho el fémur por debajo del ilion y a continuación parte de la tibia. Del lado izquierdo, el otro fémur se halla quebrado y vuelto a soldar en vida, tal vez por haber recibido una pisada.

Najash era una serpiente sin cabeza. Hasta que, en la expedición de 2013, se produjo el esperado hallazgo. «Aquel año, nos acompañó en la expedición un estudiante de Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Fernando Garberoglio, y él dio con un fósil increíble al levantar una pequeña piedrita; tenía el cráneo completo de Najash con todo el rostro, con las orbitas de los ojos, e incluyendo algunas vertebritas del cuello», relató Apesteguía.

«El estudio detallado del rostro de Najash es fundamental para entender la evolución de las serpientes no solo en Sudamérica, sino en todo el mundo», aseveró el paleontólogo. E indicó: «No es la serpiente más antigua, porque ahora sabemos había desde el Jurásico superior, pero es sin dudas la más completa y la mejor preservada».

Un sonrisa en tres dimensiones

La famosa sonrisa de la Mona Lisa es observable en dos dimensiones. Pero no se podía hacer lo mismo con los fósiles de aproximadamente 100 millones de años de antigüedad que se conocían de las serpientes de Medio Oriente.

Según explicó Apesteguía, «las serpientes de Medio Oriente son de ambientes marinos y su preservación es bidimensional, es decir, están preservadas como si fuera una fotocopia del fósil, en tanto que las de Sudamérica, en especial Najash de La Buitrera, están conservadas tridimensionalmente, por lo que podemos agarrar cada huesito y analizarlo en todos sus lados».

El cráneo hallado.

Y así como la Mona Lisa, dicen, tiene una sonrisa misteriosa, la sonrisa de las serpientes antiguas mantuvo un misterio muy grande para los expertos en estos animales fósiles hasta el descubrimiento del cráneo de Najash.

«Las serpientes de Medio Oriente están completas en sus dos dimensiones desde la cabeza hasta la punta de la cola, pero, con el hallazgo del rostro de Najash, podemos analizar un hueso del pómulo que aparece por primera vez», valoró el paleontólogo. Y agregó: «Era un hueso muy discutido, porque en los fósiles bidimensionales no se entendía qué hueso era».

Respecto a la boca y a la apertura de la misma, el doctor Apesteguía afirmó que este nuevo fósil «permite entender parte de los caracteres craneanos que son comunes en las serpientes actuales para que puedan abrir su boca mas grade que su cabeza, sea para comer un huevo o un animal mucho más grande que su cuerpo, por ejemplo».

«Esto no lo podían hacer las serpientes antiguas, no podían abrir sus bocas de semejante manera, pero sí tenían los inicios de esas características», observó Apesteguía a la Agencia CTyS-UNLaM.

Los científicos en el proceso de remover los sedimentos para extraer los fósiles contenidos en la roca. Yacimiento La Buitrera, Río Negro, Argentina.

El experto especificó que Najash rionegrina «tenía varios puntos del cráneo donde un hueso, en lugar de estar trabado con otro hueso, interactuaba de forma móvil, lo que se llama el cinetismo craneal; entonces, podían abrir su boca para que se pusiera grande, pero no en mayor tamaño que su propia cabeza».

Estas serpientes antiguas no podían comer grandes presas y tampoco eran venenosas. «Seguramente, se alimentaban de pequeños lagartos, de esfenodontes, o quizás de algún pequeño mamífero; de ninguna manera podían comer dinosaurios, sino que, al contrario, muchos dinosaurios del lugar, como el Buitreraptor, seguramente predaban de estas serpientes entre otros animales».

La Buitera, un yacimiento sorprendente

Desde el año 1999, la Buitrera ha provisto una impresionante lista de hallazgos completamente nuevos, como los dinosaurios Buitreraptor y Alnashetri, los reptiles esfenodontes (Priosphenodon), mamíferos como el famoso Cronopio (semejante a la ardilla de la película Era de Hielo), tortugas y peces.

Esta investigación de Najash fue subsidiada por el CONICET y la National Geografic Society, en tanto que las expediciones a La Buitrera fueron realizadas mediante un convenio con la Agencia Cultura del Gobierno de la Provincia de Río Negro.

El estudio —del que también participó Michael Caldwell de la Universidad de Alberta— fue publicado en la revista Science Advances.

Fuente: Agencia CTyS-UNLaM.