El satélite Sentinel-1 de la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) capturó a finales de octubre de este año el desprendimiento de un iceberg, llamado B-46, que mide 226 kilómetros cuadrados: casi el doble de lo que mide la ciudad de Acapulco, la cual mide 119 kilómetros cuadrados.
Este enorme cuerpo de hielo se desprendió del glaciar Pine Island, ubicado en Antártida Occidental. Los quiebres de los cuerpos de hielo de este tamaño han sido más frecuentes desde el 2013.
El glaciar Pine Island ha tenido rompimientos en los años 2013, 2015, 2017 y 2018; pero antes del primer año mencionado, los quiebres solían pasar cada seis años.
Según Joe MacGregor, glaciólogo y científico de la NASA, el desprendimiento de hielo es normal, aunque últimamente esto se ha ido aumentando debido al rápido adelgazamiento de las plataformas de hielo.
A principios de noviembre, la NASA volvió a capturar imágenes del B-46 y descubrió que poco a poco se ha ido fragmentando en más pedazos, pero aún así su tamaño sigue siendo rastreable —con sus reducidos 185 kilómetros cuadrados— para el Centro Nacional de Hielo de los Estados Unidos.
