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Veteranos del ejército cuentan cómo les ordenaron callar después del encuentro con una «nave alienígena»

Tres ex soldados de caballería revelaron su encuentro con un ovni en una base militar de EE.UU. en el Medio Oriente, revelando que no tuvieron una forma oficial de informar sobre el extraño avistamiento.

Reconstrucción artística de la vista en el Sinaí en 2014 cuando los tres soldados de caballería tuvieron un encuentro cercano del primer tipo. Crédito: Andrew Pearce.

Según relataron al medio británico Mail Online, vieron ocho objetos brillantes flotando y transitando por el cielo a velocidades increíbles desde un puesto avanzado en el desierto en Sinaí, en la frontera con Egipto, alrededor de diciembre de 2014.

Los tres exploradores de caballería, que están capacitados para identificar aeronaves, creen que los objetos que presenciaron no eran de origen humano. Uno de ellos, además, afirmó que un oficial superior le dijo que mantuviera «la boca cerrada» después de que se corriera la voz entre su regimiento sobre el avistamiento.

Los hombres dijeron que tenían miedo de hacer informes oficiales sobre el incidente por temor a que los enviaran a una evaluación psicológica que dañaría su carrera, y agregaron que de todos modos no había un proceso adecuado para hacer tal informe.

El soldado de primera clase Dovell Engram (frente, segundo desde la izquierda) y el sargento Travis Bingham (frente, segundo desde la derecha) durante su despliegue en la península del Sinaí.

Su caso es un ejemplo de las preocupantes incursiones en el espacio aéreo sensible por parte de naves tecnológicamente sofisticadas, y la incapacidad de los militares para recopilar datos sobre tales incidentes o tomarlos en serio —algo que estaría por corregirse con la conformación de la nueva oficina ovni y grupo de investigación del Pentágono—.

El avistamiento

El sargento Travis Bingham, de 36 años; el especialista E4 Vishal Singh, 29; y el soldado de primera clase Dovell Engram, de 28 años, estaban estacionados en el puesto de observación 3-1 en Sinaí, cerca del extremo sur de la frontera entre Israel y Egipto. Su regimiento, el 3.º de Caballería, formó parte de una misión de Observadores y Fuerzas Multinacionales (MFO) desplegada para vigilar la frontera durante nueve meses.

Engram fue el primero en detectar algo extraño mientras estaba de guardia en la torre de vigilancia una noche de diciembre. Describió estar «asustado» después de ver lo que parecía una nave brillante en el cielo nocturno.

El objeto parecía estar girando, mientras luces más pequeñas emergían de él, «girando en espiral como fuegos artificiales».

Dijo que llamó por radio a otros puestos de avanzada a una distancia de al menos 200 millas, y ellos respondieron que también pudieron ver las luces.

Los tres testigos principales.

Después de observar durante dos minutos, Engram llamó a su sargento, Bingham. Ahora viviendo en Fort Hood, Texas, Bingham había servido en Irak y Afganistán y pensó que lo había visto todo, pero no estaba preparado para algo más allá de este mundo.

«Lo describiría como un objeto grande con varios objetos más pequeños, que parecían estar comunicándose, o peleándose, como una pelea de perros en el aire», contó. «Sabíamos que no era de nuestro ejército y fue desconcertante. Los objetos brillaban, se podían ver claramente a simple vista y estaba claro lo rápido que se movían».

«Hasta el día de hoy, nunca he visto nada como esa nave, cubriendo tal distancia con velocidades extremas», añadió.

Singh dijo que después de observar la nave, la enfocó usando sus gafas de visión nocturna. Precisó que era difícil identificar una forma, ya que los bordes parecían borrosos, pero podía ver aproximadamente un objeto de forma ovalada en una posición horizontal que era del tamaño de un avión jumbo.

Una captura de la página de Instagram de Dovell Engram que muestra su vista del Sinaí a través de un alcance de visión nocturna.

«La nave y los objetos más pequeños comenzaron a moverse como luciérnagas, de izquierda a derecha, de arriba a abajo», comentó Singh a Mail Online. «Estaban girando por todas partes instantáneamente. Deben haber estado a 30,000 pies de altura en el cielo. No puedo imaginar ningún ejército que tenga este tipo de tecnología. Estamos hablando de cambios de sentido a velocidades hipersónicas».

Aunque no pudo obtener mediciones precisas de la velocidad o la elevación de los objetos, Singh estimó que volaban de un extremo al otro del horizonte en solo segundos y que viajaban a varios miles de millas por hora.

«De repente, los objetos más pequeños se reincorporaron a la nave, la cual luego pareció encogerse más y más hasta que desapareció. No voló al espacio, simplemente desapareció gradualmente», relató.

Nada conocido

Un alto miembro del personal de un contratista de defensa de los EE.UU. con conocimiento de aeronaves avanzadas le dijo a Mail Online que no conocía ninguna tecnología en poder de su ejército u otras fuerzas armadas importantes que pudieran exhibir tal comportamiento.

«Estados Unidos, Europa y China están buscando tecnología de naves nodrizas donde un avión lanza y recupera enjambres de drones», dijo el contratista, quien habló bajo condición de anonimato. «Sin embargo, las capacidades que estoy describiendo aquí no coinciden con la descripción de moverse como luciérnagas o hacer giros en U a alta velocidad. Por ejemplo, el X-61A es un UAV pequeño que pesa 1.500 libras y mide alrededor de 14 pies de largo. Está propulsado por un pequeño turboventilador y puede realizar pequeñas maniobras a su velocidad máxima de Mach 0,6».

Vishal Singh, fotografiado en el Sinaí, le dijo a Mail Online que fue castigado de manera desproporcionada por violaciones menores y que sus comandantes intentaron despedirlo por acusaciones sobre su salud mental.

«No sé lo que vieron estos soldados, pero no se parece a nada que haya visto», reconoció.

Las tropas quedaron conmocionadas y atónitas por lo que presenciaron. Todos eran observadores entrenados y estaban familiarizados con todos los aviones militares que podían esperar ver en la región.

Engram también contó que mientras estaba en su torre de vigilancia, les pidió a sus camaradas internacionales que consultaran con las autoridades egipcias e israelíes, pero que ninguno sabía qué eran esas «naves».

Aunque su misión era observar posibles actividades militares en la región, los tres soldados dijeron que no podían informar lo que habían visto. «Y si hubiésemos podido informar sobre el avistamiento, ¿cómo podríamos haber descrito el fuselaje del objeto cuando no tenía ninguno?», concluyó.

Fuente: DM. Edición: MP.