Laura Valenzuela nos ha dejado a los 92 años. Heredera de una televisión y de un cine que ya no existe, fue una gran dama a la que se le debe un reconocimiento.
Laura Valenzuela nos ha dejado a los 92 años. Heredera de una televisión y de un cine que ya no existe, fue una gran dama a la que se le debe un reconocimiento. Recordamos que la también actriz fue una de las claves de las primeras emisiones de Televisión Española. Presentó todo tipo de formatos y fue donde conoció a José Luis Dibildos, el productor.
A partir de ahí aparece en películas tan famosas como Soltera y madre en la vida destacando como actriz. Posteriormente fue pareja televisiva de Joaquín Prat con el que estuvo años compartiendo la presentación de varios programas tan históricos como Galas del sábado.
Tras casarse con Dibildos en 1971 decide retirarse hasta que en 1990 reaparece en Telecinco para presentar programas que confirmaban que la cadena tenía un interés, ya perdido, por entretener a los espectadores. La enfermedad de su hija Lara, sus relaciones sentimentales y un regreso a Televisión Española en 1996 fueron, prácticamente, sus últimas aportaciones
Lo que sí queremos destacar es su educación, su saber estar y su indudable elegancia. En 2012, tras superar un cáncer de mama, recibió un homenaje por parte de la academia de televisión. Sus últimos años han sido tranquilos y ha llevado su vida con la discreción habitual. Descanse en paz una gran señora a la que nunca se le reconoció su enorme esfuerzo por subrayar los valores de esa televisión blanca que resulta tan agradable de ver. A su hija Lara y a su familia le enviamos un sincero pésame y un fuerte abrazo.
