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'American Horror Story: Roanoke' devuelve a la serie a su mejor nivel con un gran giro

ANÁLISIS DEL EPISODIO 6X60

La secreta temporada de la saga de terror ha sorprendido con un cambio radical en su argumento a partir del sexto episodio.

Álvaro Onieva

Sarah Paulson es Audrey Tindall, la actriz que interpretó a Shelby
Sarah Paulson es ahora Audrey Tindall, la actriz que interpretó a Shelby.

La sexta temporada de ‘American Horror Story’ ha conseguido algo que nos parecía casi imposible: que recobremos la fe en esa franquicia de terror que tanto brilló con su segunda temporada, ‘Asylum’, y que perdió por completo el rumbo en sus últimas entregas, ‘Freak Show’ y ‘Hotel’. El secretismo ante la temporada presente más que causar expectación daba pereza, pero al final ‘American Horror Story: Roanoke’ ha demostrado que merecía la pena asomarse a ella.

El comienzo de la temporada 6 estuvo marcado por la sencillez. A diferencia de otras temporadas donde se aplicaba un incontrolado más es más, no siempre acertado, ‘Roanoke’ apostaba por una historia más concreta y compacta, pero bastante eficaz y visualmente atractiva al apropiarse en ficción de los códigos narrativos propios de documentales seriados que tanto ruido han hecho últimamente, con ejemplos como ‘The Jinx’ o ‘Making a Murderer’. 

Shelby y Matt, interpretados por Lily Rabe y André Holland, eran los protagonistas de un documental llamado ‘My Roanoke Nightmare’ en el que Sarah Paulson y Cuba Gooding Jr. les interpretaban en las recreaciones del relato. Y a través de ellos se contó una historia de terror clásico que llegó a su conclusión en el quinto episodio. ¿Y ahora qué?, pensamos todos. Ahí entraba el gran giro que Ryan Murphy nos había prometido y que ha sabido no decepcionar.

Cheyenne Jackson irrumpe como Sydney, el productor de ‘My Roanoke Nightmare’, un programa que ha pulverizado (ficticiamente) audímetros en Estados Unidos y, borracho de poder, pone en marcha una continuación: ‘Return to Roanoke: Three Days in Hell’. Es aquí cuando las reglas de la temporada cambian por completo. La propuesta es la siguiente: tanto los personajes «reales» como sus intérpretes van a volver a la casa donde vivieron su pesadilla y lo harán en los días de la luna roja en los que los muertos pueden matar. Una suerte de ‘Gran Hermano’ del terror destinado a ser el siguiente éxito de Sydney.

Pero las cosas no salen bien, claro. En este punto ‘American Horror Story’ comienza a beber de ‘UnREAL’ (aunque Murphy cita el film ‘Network’ como referente) así como de los clásicos del género slasher y las películas de metraje encontrado, pero apoyándose en una premisa: solo uno de los huéspedes de la casa sobrevivió. Descubramos cuál.

Más allá de este Cluedo fantasmal que nos espera en los cuatro episodios restantes, lo interesante que propone ‘American Horror Story: Ronaoke’ es el juego de metaficción, mezclando realidades y ficciones casi como si de muñecas rusas se tratase. Y ahí Kathy Bates nos recuerda por qué tiene un Oscar. La serie presenta ahora un nivel de calidad que creíamos perdido en esta franquicia de terror y que podría situar la presente temporada a la altura de ‘Asylym’. O quizás por encima.