Belén Esteban comentaba ayer, con razón, que su hija lleva una vida discreta a pesar de las previsiones de los más agoreros.
Belén Esteban comentaba ayer, con razón, que su hija lleva una vida discreta a pesar de las previsiones de los más agoreros. «Todo el mundo decía que cuando mi hija tuviera 18 años lo primero que iba a hacer era vender su vida».
«Yo he escuchado mucho y de las que han hablado, ahora las veo en televisión, las veo de influencers… que me parece muy bien y es lícito». Sin duda alguna, la indirecta no puede ser más clara, pero lo que dice es totalmente cierto. Andrea podría haberse lucrado contando su vida y no lo ha hecho.
«No digo que sea malo, que cada uno se gana la vida como puede. Pero que lo que haya hecho yo es cosa mía, pero que también hay mucha gente que se quiere buscar un futuro sin venir a la tele y sin contar su vida» indicaba.
Todo parece indicar que así seguirá siendo lo que nos parece perfecto. De hecho, ella misma ha indicado ya que tiene pensado retirarse de la televisión en breve para vivir su vida. Quizá estas declaraciones sean ya reveladoras de que Belén quiere hacer una vida distinta y no tener que seguir tragando a cambio de dinero.
Lo mejor del caso es que Andrea sigue con sus estudios, que vive ajena a todo el ambiente que rodeaba a su madre no hace mucho y que está buscando un futuro laboral que nada tiene que ver con salir en las revistas, ser relaciones públicas de una discoteca o encamarse con el primero que se le cruce. Nos alegramos.
