Es duro el titular, pero no hemos encontrado un término mejor. Anabel Pantoja fue la gran vencedora imponiendo su apellido y los intereses de la cadena.
Es duro el titular, pero no hemos encontrado un término mejor. Anabel Pantoja fue la gran vencedora imponiendo su apellido y los intereses de la cadena. Siete días han tardado Belén Esteban y María Patiño en recular bajándose las bragas ante la sobrinísima que no hace nada salvo lloriquear y alardear de su nula educación.
Ayer se vivieron momentos vergonzosos en el plató de Sálvame por más que quisieran enmascararlo. La arrabalera que lleva dentro Anabel, que tapa con maquillaje y poses, intentó masacrar a su tía abuela que solo pedía ver a su hermana por última vez antes de morir.
Pero lo mejor llegó al final. Tras la polémica por la promoción de las famosas joyas, la Esteban anunciaba que dejaba de colaborar con la marca por sentirse engañada y por malmeter. Anabel 1 – Belén 0. (¿No habría sido lógico que Anabel hiciera lo mismo?).
Y luego Patiño que el sábado pasado decía que Anabel le había engañado y ayer le pedía perdón a una Anabel victoriosa que parecía el Papa de Roma confesando a una infiel.
Así las cosas, se impone el apellido, el contacto con Cantora y el tener a una señora de 34 años que juega a ser colaboradora y que se ríe del personal trincando 600 euros por tarde que va a merendar, gritar, llorar y hacerse la víctima. Este es el material que tiene Telecinco para crear un programa que convenza al personal. Lo demás es solo complemento, ruido y mamarrachada pura. Esperamos tus comentarios al respecto de esta noticia.
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