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Cómo triunfó Marion Cotillard en Hollywood


Marion Cotillard ostenta aún el récord de ser la única actriz en ganar el Oscar a mejor actriz en francés. De hecho, cuando ganó en 2007 por su impresionante interpretación de Édith Piaf en La vida en rosa, se convirtió en la segunda actriz de la historia en ganar ese premio en su idioma natal. ¿La primera? Sophia Loren en 1962.


Aquella noche de 2007, cuando recogió el premio transformada en sirena con un vestido de Dior de escamas blancas y doradas, Marion Cotillard ya llevaba una década de trabajo a sus espaldas. Éxito de público en Francia (con la saga Taxi) y ya había trabajado en EE UU con grandes directores y actores, con Tim Burton (Big Fish) y Ridley Scott (Un buen año). Pero fue esa noche, ese premio, ese papel y esa película la que lo cambió todo. Y la ha convertido hoy en la actriz extranjera mejor pagada y más buscada en Hollywood. ¿Cómo lo ha logrado?


UN PERFECTO INGLÉS. No nos engañemos, si Cotillard no hubiera perfeccionado el idioma hasta tener un excelente acento americano (o británico si quiere), jamás habría pasado de papeles de «una francesa en Hollywood». «Empecé a aprender inglés a los 10 años. Era demasiado tarde. Bueno, no lo es si te vas a vivir a EE UU o Ingleterra a esa edad, pero sí lo es si te enseña una profesora con acento francés», dice.


Pero cuando Michael Mann la escogió como Billie, la novia de Johnny Depp en Enemigos públicos, lo hizo con la condición de que eliminara su acento francés. «Trabajé durante seis meses cada día en mejorar mi pronunciación. Pasé horas delante del espejo llorando, reeducando mi mandíbula, mi lengua, mis dientes, mi cara entera, fue una locura». Pero lo logró.


NO SOÑAR CON HOLLYWOOD. A diferencia de otros actores, Marion Cotillard no soñaba con trabajar en la Meca del cine, solo con trabajar como actriz, como sus padres que le enseñaron el oficio desde pequeña. Hollywood fue «pura suerte». «Nunca había pensado en trabajar fuera de mi país, y menos en EE UU. Soy de una generación que ha crecido con las películas americanas, son parte de mi cultura, y las responsables de alimentar mi sueño de ser actriz, pero nunca pensé que un día trabajaría en ellas. Mi sueño era más simple”.


Ahora, al protagonizar Aliados con Brad Pitt, una película que mira al cine clásico, como Casablanca, ha cumplido el sueño de esa niña que creció con el cine americano.


NO TENER MIEDO A NADA. Su compromiso con todos sus personajes es total. Se abandona tanto en todos sus papeles que después sufre cuando tiene que dejarlas ir. Después de Édith Piaf, tardó ocho meses en dejar de sentir a la cantante francesa dentro de ella. «Hice exorcismos con sal y fuego. Viajé a Perú, a Machu Picchu, hice ceremonias chamánicas para limpiarme y al final fue en un viaje a Bora Bora donde me di cuenta de, como a ella la habían abandonado de niña, no quería hacerlo yo también, pero llevaba muerta muchos años, tenía que dejarla ir».


Ese compromiso le encanta a los directores que ven en la actriz la capacidad de entrega 100%. Al menos, hasta que formó familia con el director y actor Guillaume Canet, su pareja desde hace 10 años. «No quiero volver a casa y que mi hijo, Justin, note que estoy rara porque aún estoy metida en el personaje», dice. Por eso, aunque aún se sienta más atraída hacia personajes oscuros y problemáticos, intenta no volcarse tanto en ellos.


SU VERSATILIDAD. Ha formado parte de grandes producciones, como esta Aliados, la próxima Assassin’s Creed o El caballero oscuro renace, pero Marion Cotillard no se ha mudado ni se mudará a Hollywood. Y siempre vuelve a trabajar en pequeñas producciones francesas o europeas, con las que al final ha conseguido las mejores críticas, como en Óxido y hueso o Dos días, una noche (con la que llegó su segunda nominación al Oscar).


«Mi objetivo es que la gente no me reconozca de un papel a otro, como hacían los actores que más admiraba de pequeña, Sir Laurence Olivier o Peter Sellers», dice. «Por eso hago películas tan diferentes».


VALORAR SU PRIVACIDAD. Quizá por eso nunca se mudó a Hollywood. En Francia está más protegida del ataque constante de la prensa del corazón. Ella y Canet llevan una vida completamente alejada de los flashes, y apenas se les ve juntos en público, salvo cuando presentan película juntos. Como la próxima, Rock’n Roll, escrita y dirigida por él, y en la que ambos se interpretan a sí mismos.


La primera vez que Cotillard ha tenido que hacer frente a rumores del corazón fue, precisamente, por el estreno de Aliados que coincidió con el anuncio del divorcio de Brad Pitt y Angelina Jolie. La prensa en seguida vio a la actriz francesa y un falso romance entre los protagonistas como la responsable. Pero su respueta fue instantánea por Instagram. Y, después, ha superado la promoción mundial del filme ella sola.