Inicio Chiiist! Descubrimos a la novia del patinador Javier Fernández

Descubrimos a la novia del patinador Javier Fernández

Actualizado 10/02/2017 14:43:14 CET

   MADRID, 10 Feb. (CHANCE) –

   Hijo de un mecánico militar y una funcionaria de correos, Javier Fernández es el claro ejemplo de que los sueños, con sacrificio y trabajo, se cumplen. Empezó en el patinaje con seis años, para divertirse y siguiendo los pasos de su hermana Laura. Quién iba a decir entonces que lo que empezó como una afición acabaría convirtiéndose en su vida.

   A los diecisiete años le llegó su gran oportunidad y la cogió, se fue a Estados Unidos solo y lejos de su familia. Unos años difíciles que le han ayudado a formarse sobre el hielo y como persona, lo han hecho fuerte.

   Ahora, con veinticinco años y tras un segundo salto que lo llevó hasta Canadá, Javier Fernández es campeón del mundo en patinaje artístico sobre hielo y cinco veces campeón de Europa. Valiente, humilde y generoso, el patinador se gana a todos aquellos que se le acercan, incluso a sus rivales.

   Frente al éxito profesional también es afortunado en el amor, ya que el patinador mantiene desde hace algunos años una relación con la patinadora japonesa Miki Ando.

CHANCE: Cinco veces campeón de Europa, ¿Qué supone para ti esta última medalla?

JAVIER FERNÁNDEZ: Supone mucho, quiere decir que sigo siendo el mejor de Europa y sigo estando al mismo ritmo en las competiciones. Ni los rusos ni nadie se pueden poner por delante. Sigue siendo una competición complicada y en la que tengo que patinar bien. Tener cinco campeonatos de Europa es algo de lo que puedo estar orgulloso ya que me he metido un poco más en la historia del patinaje sobre hielo. Esta competición ha sido todo un esfuerzo, ha habido un poquito de todo. Hemos tenido algunos fallos y ha habido algunas alegrías, pero lo importante es luchar y conseguir los retos que te propones. Volver a casa y traer las medallas y los triunfos.

CH: ¿Cómo ha cambiado el Javier que ganó el primer campeonato al de ahora?

J.F: He cambiado mucho. Cuando gané el primer campeonato estaba muy cerca de los otros patinadores y año tras año me he ido distanciando más y más. He cambiado muchísimo, he conseguido experiencia y han sido muchos entrenamientos que me han hecho una persona totalmente nueva. Y un deportista totalmente nuevo.

CH: ¿Cuál es tu próximo objetivo?

J.F: Tenemos el mundial a finales de marzo. Es una cita bastante importante, un poco más difícil que el campeonato de Europa. Se juntan los asiáticos y los norteamericanos, que son la competencia más directa. Hay que estar bien preparado y no cometer tantos errores como he podido cometer ahora.

CH: Sufriste una caída, ¿Cómo tienes el fémur?

J.F: Voy a descansar un par de días que voy a pasar en Madrid con la familia. No es un golpe de los que nos preocupan, es un golpe en la cabeza del fémur, ha sido fuerte pero no ha generado ningún otro problema. Reposo, hielo e ibuprofeno como cualquier persona normal.

CH: ¿Ves los Juegos Olímpicos como el gran reto de tu carrera?

J.F: Sí, además porque podría ser el final de la carrera si todo sale bien. No lo sé exactamente, eso es una cosa que tendré que pensar y estudiar. Ojalá que podamos conseguir el resultado que estamos esperando y que hemos querido durante tanto tiempo. Estamos seguro de que tenemos el potencial y de que podemos conseguirlo.

CH: Eres muy joven para pensar ya en retirarte…

J.F: Este deporte no es como antaño, la gente con veintisiete o veintiocho es una edad bastante adulta para decidir dejarlo. Hay un nivel de exigencia muy alto, estoy compitiendo con niños de dieciocho años. Aunque tengas la experiencia el cuerpo pesa más y el cuerpo se vuelve más lento. Me conservo bien pero los detalles son lo que nos hacen fallar en este deporte. No es que lo vaya a dejar, tendré que pensar si me conviene dejar el deporte cuando esté en lo más alto o esperar a ver qué pasa después.

CH: ¿Por qué decidiste dedicarte al patinaje?

J.F: Empecé cuando tenía seis años y fue por mi hermana. Ella vio una competición por la televisión y le dijo a mis padres que quería empezar a patinar, después de que ella empezase yo le dije a mis padres que me parecía un deporte divertido y que yo también quería. Empecé en una pista que ahora ya no está, que ahora es un restaurante, pero desde que empecé apenas me he quitado los patines.

CH: Has tenido que dedicarle muchas horas…

J.F: Todos los deportes necesitan ese punto de dedicación, tuve que hacerlo, igual que el irme fuera de España. Todas las cosas que he tenido que hacer me han servido para crecer como persona y como deportista, cuando creces mejoras tus habilidades y te prepara para el futuro.

CH: ¿Cuándo descubren tu talento?

J.F: Es difícil decirlo porque me he movido por muchas partes de España y he estado con diferentes entrenadores. Cada entrenador me ha aportado algo, cuando consigo una medalla hay entrenadores anteriores que me han aportado mucho y que han intentado que fuese el mejor patinador del mundo. En el momento en el que decidí irme de España fue el primer paso para querer llegar mucho más alto. Lo que tuve que hacer fue una superación personal.

CH: ¿Cómo viviste el irte de casa con diecisiete años?

J.F: Fue difícil y dando gracias que en el mismo momento un entrenador español se vino a la misma ciudad, sino hubiese estado totalmente perdido. Tenía diecisiete años y me fui solo, tenía que buscar las cosas y tuve suerte de tener a esa persona. Apenas sabía nada de inglés, solo lo básico de la escuela. Me costó mucho adaptarme a la vida de otro país, cosas simples como con quién tienes que pagar la luz. Se hizo muy complicado. Son cosas duras que se te quedan en la memoria pero cuando las recuerdo sé que me han hecho más fuerte.

CH: Es un deporte caro y además tuviste que salir de España…

J.F: Es un deporte caro y más en países como Canadá, Estados Unidos o Japón. Hay que pagar el entrenador, el hielo y muchas cosas. Toronto es una ciudad bastante cara. Al mismo tiempo tengo dos padres y una hermana que están en Madrid y que también tienen que vivir, el dinero de la familia no es solo para mí. Tengo la beca y al consejo de deportes que nos ayuda, la federación nos ayuda todo lo que puede también. Es una federación pequeña y hay que luchar para conseguir las cosas.

CH: ¿Cómo llevas el vivir en el otro lado del mundo?

J.F: Hay momentos que van bien y momentos que van mal, depende del día. Cuando se acerca una competición me pongo más nervioso y necesito a mi gente, cosas que allí no tengo. Sé por qué estoy allí y sé que me viene bien estar allí para lo que estoy haciendo. Echo de menos el sol, que allí en invierno estamos a menos veinticinco grados.

CH: ¿Te cuesta mucho estar separado de tu familia?

J.F: Sí, me cuesta estar separado de mi familia y de mis amigos. Casi todos los días hablo con mi madre y el día que no la llamo me echa la bronca (ríe). Los echo mucho de menos porque vengo poco a España, solo dos veces al año.

CH: ¿Te ha sido muy difícil llegar hasta aquí?

J.F: Ha sido muy difícil, llegar tan alto siempre tiene momentos difíciles. El haber tenido momentos difíciles hace que cuando llegan los buenos momentos sean aún más bonitos. Es especial cuando ves que todo el trabajo que has hecho en tu vida te hace ser campeón del mundo.

CH: ¿Cómo conseguiste tus primeros patines?

J.F: Los compré (ríe). Creo que los primeros patines que me puse fueron de la escuela y eran de plástico. Los primeros patines que compré seguramente mi madre aún los tenga por casa porque suele guardarlo todo. Tengo pocos recuerdos de cuando empecé porque solo tenía seis años.

CH: ¿Qué sentiste cuando fuiste nombrado campeón del mundo?

J.F: Es una sensación extraña y que no me llegaba a creer. Cuando te pones una meta y la consigues estás orgulloso de tu trabajo, pero cuando tienes un sueño y lo consigues no te lo crees, necesitas tiempo para asimilarlo.

CH: Elvis, Paco de Lucía… ¿Cómo seleccionas la música para tus programas?

J.F: La música la seleccionamos entre el entrenador, el coreógrafo y yo. Yo soy el que tiene que patinar y si creo que no es mi estilo o si no me gusta me niego. Esto es un grupo si ellos creen que con esa música pueden hacer un buen programa pues confío en ellos.

CH: ¿Te planteas volver a España?

J.F: En un futuro espero volver a España porque como aquí no se está en ningún sitio. Creo que España tiene que evolucionar mucho en este deporte para que en tres años vuelva. Creo que hasta que no termine mi carrera deportiva desafortunadamente no voy a venir.

CH: ¿Cómo ves tu futuro?

J.F: Los patinadores suelen llevar al tope de 27 o 28 años, no sé hasta qué edad estaré. Después quiero ser entrenador, es algo que tengo claro desde pequeño. No sé dónde estaré, a mí me gusta España, si tengo un sitio decente en el que entrenar y puedo tener una escuela me vendré. No sé el futuro y tengo una novia japonesa, nunca se sabe dónde acabaré.

CH: Tu novia ha sido dos veces campeona del mundo, ¿Te ha dado muchos consejos?

J.F: Cuando vienen las competiciones me da algún consejo y me dice que no me olvide de ella, si estoy nervioso mi novia me tranquiliza porque ella sabe lo que es moverse en este deporte. Es un alivio tenerla a mi lado, sabe cuándo me tiene que dejar espacio y cuándo no estoy de buen humor. Una persona de otro deporte quizá no podría llegar a entenderlo.

CH: ¿Es fácil mantener una relación con esta profesión?

J.F: Lo más difícil es que ella vive en Japón y yo en Canadá, es difícil encontrar el tiempo para vernos.

CH: ¿Cómo lleváis la distancia?

J.F: La llevamos bien. He tenido alguna relación antes que ha pasado lo mismo y no ha funcionado. Voy mucho a Japón y ella intenta venir todo lo que puede. Hablamos mucho y nos comunicamos muy bien, somos muy parecidos en muchas cosas.

CH: ¿Qué te dicen tus padres al ver lo lejos que estás llegando?

J.F: Sé que están orgullosos de mí. No vamos a cambiar por nada de esto y siempre vamos a ser los mismos. Estamos todos orgullosos y sabemos que vienen más campeonatos.

CH: Destaca tu humildad, ¿Cómo lo haces para que todo el éxito no se te suba?

J.F: Imagino que es la propia forma de ser, soy así y me gusta tener relación cercana con las personas. Soy así porque me gusta y porque creo que es lo adecuado. Me gusta tener unas risas con la persona que tengo enfrente.

CH: De pequeño te decían que este era un deporte de chicas…

J.F: Sí, cuando eres pequeño y vas al colegio es normal. Son cosas que pasan en la niñez, cuando creces y conoces a quien realmente son tus amigos eso se termina disipando.