Escrito por: dlopez 1 noviembre 2018 Sin comentarios 2 minutos
Jorge Javier Vázquez decía hace 48 horas que las críticas que había recibido eran «brutales», qué curioso que entrara ayer en la casa para hacer lo mismo.
Jorge Javier Vázquez decía hace 48 horas que las críticas que había recibido eran “brutales”, qué curioso que entrara ayer en la casa para hacer lo mismo. Y es que ya se sabe, uno es presentador y puede pontificar sobre lo que le de la gana que siempre habrá algún regidor al quite para que el personal aplauda a cambio de un bocadillo.
Lo malo es que no se nos puede atacar comentando que los medios tenemos “la piel muy fina” y entrar ayer en la casa para decirles a los concursantes que dejen de comportarse como lo hacen. Además, eso de entrar en la cocina y de ser recibido como si fuera el Premio Nobel de la Paz no dejó de llamarnos la atención.
Nos dejó de piedra que le dijera a Ángel Garó, que lleva 35 años como actor, que el tener éxito en el teatro te exige más para la siguiente función. Que esto lo diga alguien que actúa un día en cada ciudad y que ha sido masacrado por los críticos no deja de ser sintomático.
También les recordó a los concursantes que “yo tenía que estar en una fiesta de Halloween y me he venido aquí” lo que viene a traducirse como “quizá me paguen más haciendo este gesto que tomando algo en cualquier garito”.
Su egolatría llega a provocar un enorme rechazo en la audiencia. Esa pose continua, ese sentirse por encima del bien y del mal y esa actitud de sabelotodo es repugnante. Ya que le gusta tanto el protagonismo y conoce el medio en el que trabaja a la perfección, ¿no sería mejor que hicieran un reality sin final con él metido en una casa hasta el fin de la Humanidad? Esperamos tus comentarios al respecto.
Vía | Telecinco
